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Actualizado: 19 de junio de 2025
Hizo un esfuerzo para contenerse el alto empleado, y desendiéndose de las alusiones, quiso apelar á otro medio. Pero V. E. no teme... ¿la responsabilidad?
A la menor señal de insubordinación, el capataz enarbola su chicote de fierro y descarga sobre el insolente golpes que causan contusiones y heridas; y si la resistencia se prolonga, antes de apelar a las pistolas, cuyo auxilio por lo general desdeña, salta del caballo con el formidable cuchillo en mano y reivindica bien pronto su autoridad por la superior destreza con que sabe manejarlo.
Si el lugar considerado en sí, no es mas que una porcion del espacio terminada por alguna superficie, y el espacio abstraido de los cuerpos no es nada; la relacion á los lugares, ó sea á puntos designados ó designables en el espacio, no será nada; es preciso pues apelar á los cuerpos para encontrar un término de la relacion; luego si suponemos un ser que no tenga ninguna relacion con los cuerpos, no es necesario que esté en ningun lugar.
La concurrencia crecía cada año, y era forzoso apelar al reclamo, recibir y expedir viajantes, mimar al público, contemporizar y abrir cuentas largas a los parroquianos, y singularmente a las parroquianas.
Los dragones, revólver en mano, tenían que apelar á la amenaza para reanimarlos. Sólo la certeza de que el enemigo estaba cerca y podía hacerles prisioneros les infundía un vigor momentáneo. Y se levantaban tambaleantes, arrastrando las piernas, apoyándose en el fusil como si fuese un bastón.
Si dudamos de la existencia del mundo exterior que nos presentan los sentidos, podremos apelar al enlace de las sensaciones con causas que no están en nosotros, y así sacar por demostracion las relaciones de las apariencias con la realidad; mas para esto necesitamos las ideas de causa y efecto, necesitamos la verdad, algunos principios generales, como por ejemplo que nada se produce á sí mismo, y otros semejantes, y sin ellos no podemos dar un paso.
Ni súplicas ni razones valían de nada. Estaba loca de ira. Te llamaba infame y traidor. A mí, ¡figúrate cómo me pondría!... Entonces no tuve más remedio que apelar al último recurso... por más que sea un poco fuerte añadió en voz más baja y alterada. ¿Qué recurso? preguntó Gonzalo con curiosidad. Venturita guardó silencio algunos momentos.
Tres insaciables vampiros enflaquecían al productor maniatado por la ignorancia, la tradición y los reglamentos: el fisco, la iglesia y el bandolerismo, que era el oficio de los nobles, contra los cuales era impotente la justicia, que sólo existía como fuente de recursos, por vía de extorsión, hasta el punto de que se prefiriese apelar al duelo como un medio menos oneroso para dirimir las contiendas de intereses, dice Hanotaux.
Palabra del Dia
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