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Actualizado: 12 de junio de 2025
La del alba sería cuando don Quijote salió de la venta, tan contento, tan gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le reventaba por las cinchas del caballo.
Andábame días pasados por esas calles á buscar materiales para mis artículos. Echóme las manos á los ojos, y sujetándome por detrás, ¿Quién soy? gritaba, alborozado con el buen éxito de su delicada travesura. ¿Quién soy? Un animal, iba á responderle; pero me acordé de repente de quién podría ser, y sustituyendo cantidades iguales, Braulio eres, le dije.
Dígote, amable Abu-el-Casín exclamó alborozado el Sultán , que ese loco es lo más deliciosamente caprichoso que pueda idear la imaginación más chistosa; me declaro por su favorecedor, y de él espero el feliz desenlace de esta aventura.
En cuantas personas encontraba al paso veía un rostro amigo, y todo era para mí simpático y risueño: los hombres, las mujeres, los viejos, los niños, los perros, hasta las casas, pues mi imaginación juvenil observaba en ello no sé qué de personal y animado, se me representaban como seres sensibles; parecíame que participaban del general contento por mi llegada, remedando en sus balcones y ventanas las facciones de un semblante alborozado.
Echome las manos a los ojos, y sujetándome por detrás: ¿Quién soy? gritaba alborozado con el buen éxito de su delicada travesura. ¿Quién soy? Un animal iba a responderle; pero me acordé de repente de quien podría ser, y sustituyendo cantidades iguales: ¡Braulio eres! le dije. Al oírme suelta sus manos, ríe, se aprieta los ijares, alborota la calle, y pónenos a entrambos en escena.
Encima de estos muebles se veían roperos sin ropa, jaulas sin pájaros, y arrinconado en la pared, un biombo de cuatro dobleces, mueble que, entre los demás, tenía no sé qué de alborozado y juvenil.
También ella era una reina que se iba. Adelante. La Puerta del Sol, latiendo como un corazón siempre alborozado, le comunicó su vivir rápido y anheloso. Allí se cruzan las ansiedades; la sangre social entra y sale, llevando las sensaciones o sacando el impulso. Madrid, a las ocho y media de la noche, es un encanto, abierto bazar, exposición de alegrías y amenidades sin cuento.
Palabra del Dia
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