United States or Réunion ? Vote for the TOP Country of the Week !


Las hay blancas con el transparente blancor del alabastro; rubias como hebras de mazorca; morenas en que parecen haberse deleitado las miradas del sol, y también las hay enteramente negras, al igual de aquella princesa de las leyendas árabes que fue engendrada por el misterio en el vientre de la noche.

Aquí un alfiler; el cuello un poco más abierto para dejar ver la hermosa garganta de alabastro; algunos rizos sobre la frente saliendo al desgaire por entre las flores de azahar; pegar un botón que ha saltado... María ayudaba con vivos movimientos a sus nuevas camaristas. Todas admiraban su serenidad. ¡Y, en efecto, la joven desposada no podía mostrar un rostro más jovial en aquellos momentos!

Se empezó á sospechar que, si la tierra produce el animal, éste también produce la tierra, desempeñando ambos á dos la obra de la Creación. La animalidad existe por doquiera: todo lo llena, todo lo puebla. Sus restos ó huellas se encuentran hasta en minerales, tales como el mármol estatuario y el alabastro, que han pasado por el crisol de los fuegos más destructores.

Y dezian, No en dia de fiešta: porque no še haga alboroto en el pueblo. Y eštando Iešus en Bethania en caša de Simon el leprošo. Vino á el una muger con un [vašo de] alabaštro de unguento de gran precio, y derramôlo šobre la cabeça deel eštando šentado

Poco después de hacerlo apareció Venturita con un peinador blanco que dejaba ver enteramente la garganta de alabastro y una parte de su hermoso seno virginal. Traía sueltos por la espalda los cabellos, y calzaba unos lindos pantuflos bordados. Venía a despedirse para ir a la cama.

Diole en la nariz cierto husmillo a gloria a Miguel de Cervantes, porque de una pequeña parte que vio, sacó un todo de perfecciones; y fue aquella pequeña parte una mano blanquísima, enriquecida con hermosos cintillos, que descansando iba, y por debajo de las cortinas, en la portezuela de la silla de manos; mano de alabastro, torneada; mano que hablaba en favor del brazo, y que, siguiendo por él, hacía soñar en un cuerpo humano poco menos que divino.