United States or New Zealand ? Vote for the TOP Country of the Week !


La Esfinge lo parecía ya de verdad; y cuando se llega a ese estado de petrificación y de dureza, se vive una eternidad, y no se cuenta por años, sino por siglos, como para los monumentos de los Faraones. Hablando del suceso largamente, llegó a decir la Esfinge: Otra nueva trapisonda tenemos. Basta con oler la carta para convencerse de ello. Todas esas mujeronas huelen a lo mismo.

Era su color el de las momias, un color terroso tirando a rojo; su actitud la del movimiento febril sorprendido y atajado por la muerte. Parecía la petrificación de una orgía de gigantescos demonios; y sus manotadas, los burlones movimientos de sus desproporcionadas cabezas habían quedado fijos como las inalterables actitudes de la escultura.

Me diréis: ¿Y los extranjeros? ¿Y los que de fuera vienen, no dan a esa ciudad en petrificación ideas nuevas, nuevas costumbres, savia de vigor que transfundida en ese organismo le rejuvenezca y reviva? ¡Ay! No; el extranjero se aviene pronto al medio. Enriquece en pocos años, explotando a los villaverdinos, y se va a gozar a otra parte de los duros atesorados.

Lo que ha de suceder, sucederá, y no sucederá de otra manera. Por eso no medran ni progresan; por eso lo malo se perpetúa y reina soberano en Villaverde; por eso los alcaldes son allí eternos, y las bodas muy raras, y por eso allí nada cambia ni varía. Villaverde es una ciudad en petrificación.