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Es un poco exagerado; pero el hecho es que se necesita una apremiante necesidad o una imprudencia infantil para aventurarse bajo aquel sol canicular que, reverberando en la arena blanca y ardiente, quema los ojos, tuesta el cutis y derrama plomo en el cerebro. Se espera la brisa con ansia, a pesar de los inconvenientes del polvo impalpable que se levanta en nubes.

Al día siguiente se saca, se espolvorea con azúcar y se tuesta con una pala candente. JAMÓN CON HUEVOS HILADOS. Se desala, cuece y prepara el jamón, igual que en la fórmula anterior, y cuando se va a servir se corta en lonjas muy finas y se adorna la fuente con huevos hilados.

GUISANTES. Los guisantes, secos, se ponen con agua fría, sal, tocino, cebolla y perejil; después de cocidos se tuesta harina en manteca, se echa un cazo de caldo, se deja hervir un poco, y se sirve. Con unas hebras de azafrán sale muy doradito.

Para obtener el sagú granulado como el comercio lo lleva a Europa, se echa la harina en una caldera puesta al fuego y se la tuesta ligeramente revolviéndola sin cesar, y después se la lava y empaqueta. Los granos así obtenidos adquieren un sabor más agradable y un color más rojizo. A mediodía tenían ya doscientos panes secándose al sol.

SALMÓN CON ALCAPARRAS. Se parte en rajas un trozo de salmón; luego se marinan con aceite, perejil, cebolletas bien picadas, sal y pimienta; cada raja se envuelve después en papel y se tuesta a la parrilla. Luego se le quita el papel y se pone en la fuente, en la que debe echarse una salsa blanca de alcaparras.

Era uno de esos días de bochorno canicular a que no escapa, con ser tan empinada y ventosa, toda aquella región de Castilla. Un aire abrasador se amodorra en las navas, y el cielo sin nubes embravece su tinte como el esmalte en el horno. La peña cruje bajo la rabia del sol, el árbol se tuesta.

El de Neptuno elevaba sus altas y gruesas columnas tan juntas como los árboles de un plantel: troncos enormes de piedra que sostenían aún el alto entablamento, la cornisa saliente y los dos frontones triangulares de sus fachadas. La piedra tenía el color rojizo de los países serenos, donde tuesta el sol libremente, sin que la lluvia venga á superponer su pátina sucia.

«¿Qué se echa ahora? »¿Qué se tuesta primero? »¿Cuántas vueltas se les da a estos huevos? »¿Cómo se envuelve esta pasta? »¿Lleva esto pimienta o no la lleva? »¿Será una indiscreción poner aquí canela? »El almíbar ¿está en su punto? »¿Cómo se baten estas claras?». A todo dieron cumplida respuesta la inteligencia y habilidad de Pedro.

COLA DE CARNERO. Después de meter en el cocido una cola de carnero, y cuando ya ha hervido lo necesario, se saca entera, se unta con manteca, sal, ajo, perejil y pan molido, y se mete al horno. BATALLÓN. Se rehoga en manteca de vaca, cebolla muy menuda, se echa y tuesta harina y se agregan trozos de carne.

LENGUA. Después de escaldada y quitada la piel, se pone en agua fría un rato para que suelte la sangre, cociéndola con agua y sal y cortándola luego en tajadas. Se pone a freír cebolla, se echa una cucharada de harina, que se tuesta, y en seguida se agrega un vaso de vino blanco y una taza de caldo; se deja cocer, se pasa la salsa, se echan aceitunas deshuesadas y se deja cocer a fuego lento.