Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de junio de 2025


Pues volviendo á la cuestion moral, hemos descubierto que el palaustre francés anda tambien alisando la cara de las costumbres, y que más allá de esa cara lisa y graciosa, abajo, en lo hondo de la fábrica, hay ciertas escorias que el palaustre no puede quitar, porque el palaustre no quita nada, lo compone todo. Y nosotros, rudos y aviesos españoles, no queremos esas composturas francesas.

Era indispensable el relumbron, el palaustre, y atravesó los Pirineos la palabra Bolsa.

La diosa Vénus salió de Chipre, viajó por el mundo, y se hizo idolatrar aquí en la elaboracion de la materia. Tratar de hacer algo en Paris, es tratar de hacer una Vénus, un ídolo, una melodía. Alguna vez esta melodía deja escozores en el oído; acaso esto sucede más de alguna vez; pero la melodía brotó, se operó el prodigio; ¿qué significa lo demás? ¡Siempre el palaustre!

Traigamos á Paris cualquier cosa, una fruslería cualquiera, de España, de Italia, de Inglaterra, de Rusia, de Turquía, del Mogol; démosla á un francés, dejemos que el francés la lleve á su casa; que allí la componga, que la aliñe, que la lave la cara con su palaustre, y es bien seguro que la fruslería extranjera será en Paris una especie de mágia.

Ahora me explico del mismo modo, que Paris sea la ciudad más alumbrada, más brillante del universo. Todo lo que tire á luces, y reflejos, y visos, y prismas, entra de lleno en el gusto francés. La ley aboliendo el pauperismo, no es más que un reflejo de ese cristal; un golpe mágico de aquel palaustre, un chiste de aquel cómico.

Creemos que la supremacía que hoy alcanza, el universal señorío de que con más ó menos razon está tan orgulloso, no lo debe tanto á las creaciones de su genio, como al artificio de su palaustre. Otro crea, otro hace, otro descubre, otro saca del caos del pensamiento la sustancia impalpable de la idea, el gérmen divino.

Hay mendigos; pero de un talante particular, á la moda, con su intríngulis y su busilis, el busilis que aquí reina en todo con dominio absoluto: mendigos de buen tono, de relumbron, con su poesía acomodada al género, con su aparato artístico: es decir, mendigos con la cara lavada por el palaustre de estas tierras; mendigos franceses.

En fin, hallo y veo un palaustre que lava esta cara como las lava todas. Creo, pues, que Paris es un pueblo inmoral; inmoral de un modo picante, novelesco, fantasmagórico; inmoral de una manera delicada, graciosa, aún artística: sobre todo, de una manera relumbrona, dramática, teatral.

He examinado la moralidad de Paris, en las varias esferas sociales, y en todas partes he hallado una misma tendencia, un mismo secreto, una misma cifra: relumbron, efectos cómicos ó trágicos, caras muy lavadas y bonitas por fuera, palaustre. Mucho bombo y mucho platillo, para que acuda gente, para que el corro sea muy grande, y pueda hacer negocio el que maneja los cubiletes.

Aquí hay una cosa particular, indefinible, múltiple, casi infinita: una cosa que está en todas partes, que todo lo llena, que todo lo anima, que á todo de su forma y su rostro, como nuestro pié de su forma propia á nuestra pisada. Hay una cosa que nosotros llamamos el palaustre francés.

Palabra del Dia

aconséjele

Otros Mirando