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Actualizado: 13 de julio de 2025


Un día es un día; hay que dar a la juventud lo suyo, y ella ¡ay! recordaba enternecida cuando el doctor Pajares era estudiante y se sentaba a su lado en la mesa. La merienda se animaba. Nelet había encendido la lámpara del comedor, y los moscardones y mariposas del vecino jardín, atraídos por la luz, aleteaban nerviosamente, chocando con la pantalla de porcelana.

La vista de los obreros que manejaban los bloques incandescentes y los arrastraban fuera del taller, pareció volverle á la realidad. Saltaban en torno de ellos las moléculas del acero ígneo, como moscardones de mortal picadura. Llevaban los pies cubiertos de trapos, y tenían que sacudirlos con frecuencia para librarse de las mordeduras del metal.

Por doquiera veíanse pobres bichitos azorados, libélulas azules, moscardones, mariposas... hasta un saltamontes pequeñito con alas de color escarlata, que se detuvo junto a mi pico; pero también yo estaba sumamente asustado para aprovecharme de su miedo. El viejo, por su parte, seguía siempre tan tranquilo.

Apretose las sienes como para detener la tenaz péndola, y lentamente, paso a paso, se encaminó al vestíbulo de casa de Artegui. Al poner el pie en el primer peldaño de la escalera, la música zumbadora de la sangre le cantaba en los oídos, como un coro de cien moscardones. Parece que le decía: No vayas, no vayas.

Al pasar junto al Templo del Cielo, vi apiñada en una grada una legión de mendigos; llevaban por todo indumento un trapo amarrado a la cintura con un cordel; las mujeres, con los cabellos cubiertos de viejas flores de papel, roían huesos tranquilamente, y los cadáveres de las criaturas se pudrían a su lado bajo el vuelo de los moscardones.

Silbaba el espacio, rayado incesantemente por el abejorreo de un enjambre invisible. Millares de moscardones pegajosos se movían en torno de Desnoyers sin que alcanzase á verlos. Las cortezas de los árboles saltaban, empujadas por uñas ocultas; llovían hojas; se agitaban las ramas con balanceos contradictorios; partían las piedras del suelo, impelidas por un pie misterioso.

Palabra del Dia

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