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Actualizado: 8 de junio de 2025
El pariente de estotra no trabajaba, porque se había caído de un andamio y hacía tres meses que estaba en el catre con un tolondrón en el pecho y muchos dolores, echando sangre por la boca. Tantas y tantas lástimas oprimían el corazón de Jacinta, llevando a su mente ideas muy latas sobre la extensión de la miseria humana.
Lo que no lograran las lástimas, lo alcanzaron las danzas y saltos caninos, cual presumió Mercado, y todos los vinientes se pararon formando corro, admirando y celebrando los donaires de la alimaña. El estropeado, con algo más de aliento, ya cautivada la atención de su auditorio, proseguía diciendo: Ahora, don Canique, haced la salva por el Rey de Francia y los otros Príncipes de la cristiandad.
Otra vez aparece Moisés en la cima de la montaña, con las tablas de la ley en una mano, y en la otra una serpiente de bronce en un báculo, diciendo: Albricias, que conmovido Dios de las lástimas vuestras .... Porque se vea Ser sus piedades más que Las ingratitudes vuestras.
En el siniestro lado tenía una grande y muy negra verruga, que asemejaba un exvoto puesto en el altar de su cara por la piedad de un católico. El cuerpo formaba gran armonía con el rostro; y en sus manos pequeñas, coloradas y gordas, resplandecían muchos anillos, en los que los brillantes habían sido hábilmente trocados por piedras falsas. Echemos un velo sobre estas lástimas.
Ante su cuarto vacío, ante su butaca, ante su hamaca, la joven tenía crisis de desesperación, más conmovedoras porque las dominaba valerosamente, y, a pesar de las curiosidades indiscretas y de las lástimas torpes, nadie pudo jactarse de haberla oído quejarse ni visto llorar.
Si usted quiere hacer una obra ejemplar, rodee á ese caballerito de toda clase de lástimas y miserias; arroje usted sobre él la sombra siniestra de la sociedad, y la tal sociedad es de lo más repugnante, asqueroso é inmundo que yo me he echado á la cara.
Vino a sacarnos del pupilaje, y teniéndonos delante, nos preguntaba por nosotros. Y tales nos vió, que sin aguardar a más, trató muy mal de palabras al licenciado Vigilia. Nos mandó llevar en dos sillas a casa; despedímonos de los compañeros, que nos seguían con los deseos y con los ojos, haciendo las lástimas que hace el que queda en Argel viendo venir rescatados sus compañeros.
Palabra del Dia
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