Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de julio de 2025
Estas palabras fueron las que promovieron la algazara dicha. Ni los hujieres con sus voces, ni el presidente con la campanilla pudieron apaciguarla en algún tiempo. Por último, aquél logró hacerse oír. Amenazó con hacer desalojar el local inmediatamente, y esto bastó para restablecer el silencio. Después se revolvió contra el testigo.
Las bujías se iban gastando; la orquesta, que había tocado sin éxito alguno dos o tres bailables, se desmoralizaba; los músicos charlaban en voz alta o paseaban por el salón y hasta fumaban; los hujieres y mozos bostezaban, tirándose unos a otros indirectas referentes a las dulzuras del lecho.
Déjese de filosofías y manifieste los hechos como Dios le dé a entender... que se lo da bien mal por cierto. Señor presidente, creo que estoy en mi perfecto derecho... Aquí no tiene usted derecho ninguno, ni perfecto ni imperfecto... Señor presidente, yo... Basta. Retírese usted. ¡Señor presidente!... Que se retire usted inmediatamente, o será expulsado por los hujieres.
La que miente es usted, que quiere por orgullo perder a un sacerdote... ¡a un santo! ¡Silencio! gritaba el presidente golpeando con la campanilla. ¡Buen santo te dé Dios! exclamaba la joven con sonrisa sarcástica. No calumnie usted a los demás por salvarle a él. ¡Basta! Expulsad del local a estas mujeres profirió el presidente, dirigiéndose a los hujieres.
Palabra del Dia
Otros Mirando