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Actualizado: 29 de junio de 2025
Pamphilo declara su amor á Galatea, que no parece oponerse á él, aunque no pueda hablar de este punto mucho tiempo, porque la celan cuidadosamente sus padres, y no le es posible faltar de su casa.
Y asi le dixe á Delio: no se estima, Señor, del vulgo vano el que te sigue Y al arbol sacro del laurel se arrima. La envidia y la ignorancia le persigue, Y asi envidiado siempre y perseguido El bien que espera, por jamas consigue. Yo corté con mi ingenio aquel vestido, Con que al mundo la hermosa Galatea Salió para librarse del olvido.
Encamínase á casa de Galatea y alaba al joven, diciendo que es el más bello, rico y noble de toda la ciudad; al principio no quiere escucharla Galatea, pero la vieja persiste en su propósito, é intenta persuadirla que se case con Pamphilo sin conocimiento de sus padres.
De modo que, después de la metamorfosis de Galatea en novillo uncidero, dándose á reflexionar durante la convalecencia del tabardillo sobre el carácter de la gente del campo donde habitaba, á despecho de sus ilusiones se concedió á sí mismo que pedir prudencia, saber, dulzura y poesía á unos seres cuya sociedad constante son las bestias, cuya educación son las rudas tareas del campo, y cuyas aspiraciones están limitadas á salir del año sin morirse de hambre, es una exigencia que toca en lo ridículo. ¡Harto harán, los pobres, sabiendo saludar en turbio castellano!
La astuta alcahueta vuelve en busca del amante, y le dice que la mano de Galatea ha sido ya prometida á otro por sus padres, y de esta manera encarece aún más su victoria, dado el caso de lograrla. Pamphilo se desespera, y sólo se mitiga su pena al saber que Galatea habla de él continuamente, y le muestra mucha inclinación. Acto cuarto.
El estrépito de las armas no pudo acallar su musa, puesto que la afición á la poesía, siempre viva en su pecho hasta en las cárceles de Argel , se despertó entonces más pujante. A pesar de su vida militar agitada, había escrito una novela pastoril, titulada la Galatea, en la cual revela poca originalidad, é imita, no del todo felizmente, las obras de Gil Polo y de Montemayor.
Palabra del Dia
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