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Actualizado: 7 de julio de 2025


Y esta conciencia la tomaba él como punto de apoyo, sobre el cual y con toda certeza, pudiera levantar de nuevo el edificio de las ciencias, Locke y Condillac no han hecho otra cosa: han seguido un camino muy diferente del de Descartes: pero el punto de partida ha sido el mismo.

Descartes lo dice terminantemente; su método de dudar no es nuevo, lo que le faltaba era la aplicacion; pues por lo tocante al principio en que se funda, «quién ha dudado jamás que sea necesario suspender el juicio sobre las cosas obscuras, ó que no son distintamente conocidas

Entendido el método de Descartes en este sentido, es decir tomando la duda como una suposicion, como una mera ficcion, no se opone á los buenos principios religiosos y morales. El profundo filósofo no se desdeña de tranquilizar sobre este punto á los lectores, manifestando ingenuamente que al comenzar sus investigaciones habia puesto en salvo sus creencias religiosas.

Y es que la palabra de Descartes despertó el genio filosófico adormecido en el jóven bajo la balumba de las lenguas y de la historia: sintióse otro, conoció que él era capaz de comprender aquellas altas doctrinas, y como el poeta al leer á otro poeta, exclamó: «tambien yo soy filósofoUna cosa semejante le sucedió á Lafontaine.

Repito que en el fondo los silogismos no son diferentes. La mayor de Descartes es: «nada puede pensar sin existirNo la prueba, y confiesa que no se puede probar.

Si Descartes le hubiese presentado como un verdadero raciocinio, como un entimema en que asentado el antecedente dedujera la consecuencia, claro es que el argumento claudicaba por su basa, estaba en el aire.

Así como Descartes no se explicaba con la claridad suficiente, sus adversarios no le estrechaban quizás con toda la precision y nervio que podian.

1.º Descartes y Leibnitz, son votos en materia de física tanto experimental como trascendental; y sin embargo no admitieron vacío.

Hemos tenido un gran placer. Visitamos el Instituto, y vimos las estátuas de Bossuet, de Descartes, de Fenelon y de Tully. Vimos tambien con gran satisfaccion los bustos de otros hombres célebres, entre ellos el de Molière, sin embargo de que este gran poeta no perteneció á la Academia de su siglo. Pertenecia á otra Academia mucho más grande: á la de la historia, á la del tiempo. El busto tiene esta noble y discreta inscripcion: Rien ne manque

Si no estais seguros de que pensais, argüiria un partidario de Descartes, no podeis estarlo ni aun del principio de contradiccion, ni tampoco de la legitimidad del criterio de la evidencia; para saber todo esto, es necesario pensar; quien afirma ó niega, piensa; sin suponer el pensamiento, no son posibles ni la afirmacion ni la negacion.

Palabra del Dia

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