United States or Chad ? Vote for the TOP Country of the Week !


A cada objeción y a cada pregunta capciosa que te hacía, para encerrarte, tu respuesta tranquila era un mazazo. Al último se puso furioso, con gran contento del profesor de Derecho Romano, que tenía contra él una rivalidad antigua en el Consejo Académico. Y quiso obligarte a reconocer ciertos principios que él afirmaba incontrovertibles.

¿De modo que usted sabía quién es? exclamo. Claro está. Y entonces prosigo , ¿con qué objeto me lo preguntaba usted a ? No me lo preguntaba para informarse, sino que lo hacía con una intención perfectamente capciosa. Yo permanezco algo desconcertado, y al poco rato comparece otro hombre. ¡Hola! exclama el otro hombre . ¿No sabes quién soy? No quién eres.

A la clase no se va para aprender sino para no tener la raya; la clase se reducía á hacer decir la leccion de memoria, leer el libro y, cuando más, á una que otra preguntita abstracta, profunda, capciosa, enigmática; es verdad que no falta el sermoncito ¡el de siempre! sobre la humildad, la sumision, el respeto á los religiosos y él, Plácido, era humilde, sumiso y respetuoso.

Ni Fortunata lo entendía tampoco, por lo cual estaba verdaderamente anonadada. Faltábale poco para echarse a llorar. «Vamos, vamos dijo el coronel sacudiendo toda aquella argumentación capciosa, como se sacuden las moscas ; hablemos claro y seamos prácticos sin miedo a la situación verdadera.

He ahí otra advertencia imprescindible para comprender bien el Facundo y para restituir a dichos nombres su verdadero contenido histórico; pues fácilmente se lo suele olvidar en la capciosa discusión «doctrinaria» de nuestros días. Se ha atribuído también grande importancia al Facundo como doctrina sociológica.

Aunque quiso rehuir la contestación a esta pregunta capciosa, la conciencia se la dio como un estallido en los oídos, antes que pudiera él preparar una mentira. «Es que la Regenta come a veces con los marqueses, especialmente en días como este, porque a ella la miran como una de la familia». «¿Y qué le importaba a él ni la familia, ni la Regenta, ni la comida de los marqueses?».