Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 15 de mayo de 2025


En este año de 1598 publicó Lope sus primeros libros: la citada novela pastoril La Arcadia y el poema épico La Dragontea consagrado a las temidas hazañas del marino inglés el Drake. A principios de 1599, El Isidro, poema en quintillas, en que se narra la vida del que había de ser Santo Patrón de Madrid.

De cada mil personas que citan, por ejemplo, a Homero como al primer poeta épico, diez a lo más, en los países cultos, le han leído, y de estas diez, nueve se han aburrido o dormido leyéndole: una sola ha gustado acaso de aquellas bellezas y excelencias.

De aquí que se cuenten muy pocas epopeyas con esta perfección genuina y legítima. En unas, la rudeza o deformidad del lenguaje afea torpemente la obra, y no permite que su beldad interior se exprese con limpieza y brío. En otras, cuando el pueblo no ha de lograr en lo futuro un alto desarrollo intelectual, tampoco se dan los gérmenes al principio, y de aquí lo vano o rastrero del contenido épico.

Los más antiguos que existen, del tiempo de Eduardo III, son representaciones dramáticas groseras de la historia sagrada, en las cuales domina el tono épico, consistiendo generalmente en una serie sin plan ni concierto de diversas escenas. Comienzan de ordinario por un prólogo, que sirve de introducción, y concluyen con un epílogo.

Así como Parini, Alfieri, Monti, Fóscolo y Pindemonte nada deben á la imitación francesa, los poetas de las escuelas de Sevilla y Salamanca, ambos Moratines en lo lírico y épico, Quintana, Gallego y el duque de Frías nada le deben tampoco.

Palabra del Dia

ciencuenta

Otros Mirando