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Actualizado: 14 de julio de 2025


Era profesión, que públicamente la practicaban no pocos embusteros, á ciencia y paciencia de los médicos de entonces, que no se quejaron, que sepamos, de sus trapacerías y engaños, las cuales pueden ponerse al nivel de la buena ventura de nuestras gitanas.

Las trapacerías del hambre formaron una arte honrosa y sutil, que tuvo su romancero y sus manuales, sus poetas y bachilleres. El mal atacaba más duramente a los hidalgos de patrimonio extinguido, cuya estirpe clara y antigua no les permitía infamar sus manos en los oficios.

En un principio, la existencia aparatosa de palacio sedujo su fantasía; pero más adelante, cuando tuvo que vestir la rotosa librea de un gentilhombre difunto, padecer un hambre perruna en medio de tanta grandeza y complicarse con los demás oficiales en las más ruines trapacerías para conseguir algún resto de manjar, viniéronle ímpetus de salir de Toledo y correr a los campos dondequiera que fuese.

Los andaluces echaban en cara a los manchegos su rusticidad y a los castellanos su falta de sangre cañí, adulterada por innumerables cruces con los payos. Estos, a su vez, despreciaban a los procedentes de Andalucía por sus trapacerías y enredos, que habían dado a la raza su fama deshonrosa. Reconocíalos Isidro a simple vista a los pocos días de vivir en las Cambroneras.

Si la mujer había juntado un duro con sus trapacerías y rapiñas, empleaba casi toda la cantidad en tablillas de la preciada pasta. La familia sorbía con delectación el chocolate líquido, y lo mascaba crudo como si mascase pan. El amargo perfume esparcíase en las casas inmediatas, despertando envidias.

Las actuaciones del proceso iban a ser cortas. Al único que se habían llevado a Ibiza para meterlo en la cárcel era al Cantó, por sus amenazas y mentiras. Intentaba hacer creer que era él quien había ido en busca del odiado mallorquín; ensalzaba al verro como una víctima inocente; pero de un momento a otro le pondría en libertad la justicia, cansada de sus trapacerías y embustes.

Las artes cosméticas e indumentarias y todas las demás invenciones, trapacerías y mañas, provocantes y fomentadoras del erotismo, habían llegado a la perfección hace más de tres mil años y desde entonces nada han adelantado.

Palabra del Dia

godella

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