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Actualizado: 10 de julio de 2025
Dígolo, porque se encastilla en el hogar, bien que sólo con el objeto de dirigirlo, de gobernarlo, de monopolizarlo. Del tranco de la calle para adentro, el marido no dispone de cosa alguna; suele no saber lo que sucede; cuando más, indica su opinión; y la mujer determina, decide, concede ó niega. Por regla general, ella es la depositaria del dinero, y, por regla universal, la distribuidora.
Espero que usted me lo guardará con cuidado... Ya ve usted, hay cosas... Sabrá usted cómo he escrito a Isabel, poco antes de marcharme a Sanlúcar, haciéndole una declaración en regla y pidiéndole que me desengañase de una vez... Ya lo sé repuse brutalmente. Estupefacción de Villa. ¿Lo sabe usted?
Despues hizo lo mismo Verulamio, cuya doctrina, aunque derivada de nuestras gentes, es la que conmovió los ánimos para desamparar la Filosofía Escolástica, y por varios caminos hallar otra nueva con la regla de no ir á buscarla en los antiguos, los quales por lo comun tenian en gran desprecio.
Son las viejas ilustraciones de la Francia, en las letras, en las artes, en la industria, en la ciencia y en la política. Bulliciosos también los viejecitos; los años no les pueden hacer olvidar que son franceses. La regla y la campanilla del presidente están en continuo movimiento.
Al pronto sólo pensó en alcanzar a Primitivo, y lo logró en lo alto del camino que baja a los Pazos. Aunque el cazador iba como el pensamiento, el rapaz corría en regla también. ¡Anda al demonio! ¿Qué se te ofrece? gruñó Primitivo al conocer a su nieto. ¡Mis dos cuartos!
No puede negarse que la línea, el colorido y la palabra tiene sus límites, y que á la pintura y á la escultura les está vedado lo que es permitido á la poesía, pero esto no destruye la regla general de que, para escitar la admiracion, la pintura necesita ser poética, así como la poesía necesita ser pintoresca.
Su expedición sobre Chile es una conquista en regla, como la de Italia por Napoleón. Pero si San Martín hubiese tenido que encabezar montoneras, ser vencido aquí, para ir a reunir un grupo de llaneros por allá, lo habrían colgado a su segunda tentativa.
Regla primera: Si una cosa envuelve dos contradictorias, no ha de creerse.
Por esta razón encontramos desde los tiempos primitivos sancionada la regla, de que por ningún concepto deben frecuentarlos los cristianos . Esta prohibición fué confirmada después por diversas órdenes y resoluciones de los concilios, que la elevaron á ley ; pero la frecuencia con que después se repiten tales prohibiciones, á medida que va dominando la Iglesia, prueba que las antiguas diversiones no se extinguían.
¿Ahora salimos con ésas? gritó dando un golpe con la regla sobre el pupitre, que la hizo saltar en dos pedazos, yo soy un hombre honrado, señor Esteven, y en los tiempos que corren, en medio de la corrupción y de la podredumbre política y social que nos devora, un hombre honrado merece respeto.
Palabra del Dia
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