Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de junio de 2025
Cuerpos reglamentados españoles, con algunos suizos y valones; regimientos de línea, que eran la flor de la tropa española; regimientos provinciales, que ignoraban la guerra, pero que se disponían a aprenderla; honrados paisanos, en su mayor parte muy duchos en el arte de la caza, y por lo general tiraban admirablemente; y, por último, contrabandistas, granujas, vagabundos de la sierra, chulillos de Córdoba, holgazanes convertidos en guerreros al calor de aquel fuego patriótico que inflamaba el país; perdidos y merodeadores, que ponían al servicio de la causa nacional sus malas artes; lo bueno y lo malo, lo noble y lo innoble que el país tenía, desde su general más hábil hasta el último pelaire del Potro de Córdoba, paisano y colega de los que mantearon a Sancho: tales eran los elementos del ejército andaluz.
En tanto, don Quijote se encerró con Sancho en su aposento; y, estando solos, le dijo: -Mucho me pesa, Sancho, que hayas dicho y digas que yo fui el que te saqué de tus casillas, sabiendo que yo no me quedé en mis casas: juntos salimos, juntos fuimos y juntos peregrinamos; una misma fortuna y una misma suerte ha corrido por los dos: si a ti te mantearon una vez, a mí me han molido ciento, y esto es lo que te llevo de ventaja.
Así que, no debes congojarte por las desgracias que a mí me suceden, pues a ti no te cabe parte dellas. ¿Cómo no? -respondió Sancho-. Por ventura, el que ayer mantearon, ¿era otro que el hijo de mi padre? Y las alforjas que hoy me faltan, con todas mis alhajas, ¿son de otro que del mismo? ¿Que te faltan las alforjas, Sancho? -dijo don Quijote. -Sí que me faltan -respondió Sancho.
Palabra del Dia
Otros Mirando