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Actualizado: 4 de junio de 2025


Lope describe la toma de hábito en una epístola a don Francisco Maldonado publicada en La Circe en 1624. Don Guillén de Castro dedicóle la Primera Parte de sus Comedias.

¡Oh! lo que es eso... Mi destacamento estaba compuesto de demonios casi tan negros como los que nos asediaban. Figúrate aquello, tía Liette. Nada de eso. Usted los calumnia; eran buenos muchachos y no sabían qué hacer para complacerme. Es que la presencia de usted los metamorfoseaba... No como Circe entonces.

Entre las diversas figuras que surgen alternativamente, encuéntrase también la Virtud, que intenta arrancar á Ulises de los brazos de la encantadora; Circe hace nuevos conjuros, y evoca terribles apariciones para ahuyentar á su enemigo; pero ésta obtiene al cabo el triunfo, y al caer Ulises en sus brazos, el encanto se desvanece, el palacio con sus habitantes se hunde por un terremoto, y los encantados recobran sus primitivas formas.

Apenas si se atreve a decir a Pepita «buenos ojos tienes»; y en verdad que si lo dijese no mentiría, porque los tiene grandes, verdes como los de Circe, hermosos y rasgados; y lo que más mérito y valor les da, es que no parece sino que ella no lo sabe, pues no se descubre en ella la menor intención de agradar a nadie ni de atraer a nadie con lo dulce de sus miradas.

Otra relación más detallada de esta clase de representaciones existe también, cuyo extracto, en los términos más concisos, puede darnos una idea clara de la naturaleza de tan pomposos espectáculos. Titulábase Circe la comedia puesta en escena.

Siguiendo la costumbre observada en su tiempo, Calderón se asoció con otros poetas en distintas ocasiones para escribir juntos algunos dramas. Del testimonio de su amigo y primer biógrafo resulta que nuestro poeta escribió: La primera jornada de Enfermar con el remedio y de El monstruo de la fortuna. La jornada tercera de La fingida Arcadia. El pastor Fido. Circe y Polifemo.

En el vestíbulo de las columnas, y delante del palacio, se ostentaba Circe sentada en su trono, acompañada de sus doncellas, que atraían con sus gestos á los compañeros de Ulises. A una señal de Circe brota de la tierra una mesa lujosa con manjares exquisitos; los recién llegados beben de las copas que les presentan, y se transforman como los demás huéspedes de la isla.

Palabra del Dia

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