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Actualizado: 16 de mayo de 2025


El alumbramiento fué feliz; pero como la recién parida se veía obligada á acompañar á su esposo, no tuvo tiempo bastante para restablecerse por completo, perjudicándola tanto el frío del invierno, en aquel año extraordinario, que se quedó baldada de todos sus miembros.

Subimos todos, y por la escalera pregunté a la condesa si algún acontecimiento había modificado la situación de nuestros asuntos, durante mi ausencia, a lo que me contestó: Todo sigue lo mismo. La única novedad es que mi tía padece ahora un reumatismo que la tiene baldada.

No cómo se las arregla para mantener aquel familión...». «Este no tiene más que trampas y mucho jarabe de pico...». «¡Ah!, este que es hombre: le suponen doce mil duros de renta; pero se dice que no le gustan las mujeres...». «¡Oh!, este que es enamorado; pero va a que ellas le mantengan... y qué ajadito está...». «Este no tiene sobre qué caerse muerto... es un libertino de mal gusto que no hace calaveradas más que con las mujeres de mala vida...». «He aquí uno a quien yo debo gustar mucho, según la cara que me pone y las cosas que me dice... pero por Torres que Torquemada le prestó dos mil reales para llevar a baños a su mujer, que está baldada... ¡pobrecita!...». De esta revista resultaba que casi todos eran pobretones más o menos vergonzantes, que escondían su miseria debajo de una levita comprada con mil ahogos, y los pocos que tenían algún dinero eran de temperamento reposado y frío... Veíase la dama encerrada en un doble círculo infranqueable.

Las mujeres salían a sus puertas movidas de la curiosidad; empezaba el chismorreo, y poco después, en los murmurantes corros que se formaron, circulaban noticias y comentos: «A la señá Nicanora le ha traído un mantón borrego, al tío Dido un sombrero y un chaleco de Bayona, y a Rosa le ha puesto en la mano cinco duros como cinco soles...». «A la baldada del número 9 le ha traído una manta de cama, y a la señá Encarnación un aquel de franela para la reuma, y al tío Manjavacas un ungüento en un tarro largo que lo llaman pitofufito... sabe, lo que le di yo a mi niña el año pasado, lo cual no le quitó de morírseme...». «Ya estoy viendo a Manjavacas empeñando el tarro o cambiándolo por gotas de aguardiente...». « que le quiere comprar el niño a señó Pepe, y que le da treinta mil duros... y le hace gobernaor...». «¿Gobernaor de qué?...». «Paicen bobas... pues tiene que ser de las caballerizas repoblicanas...».

Palabra del Dia

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