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Después de rendir el debido acatamiento á aquel árbol, cuya edad no bajará de seis siglos, llamamos á la mencionada puerta del Monasterio, ó sea á la puerta rústica del que fué Palacio del Emperador. Agradabilísima emoción nos produjo el noble cuanto gracioso aspecto del primer cuadro que apareció á nuestros ojos.

Donde, llegado que fué á donde su padre estaba, le hizo el acatamiento que á su Señor y padre debia, y ansimismo le puso delante las insignias, armas y vestidos del chanca Uscovilca, que él habia ya vencido y muerto; y rogóle que se las pisase aquellas insignias del enemigo que habia vencido, y ansimismo le rogó que le pisase ciertos capitanes de Uscovilca que presos él allí llevaba, haciéndoselos echar por tierra.

Hombre hay que ni para dormir se le quita, trayéndole hacia la cara para defenderla del sol o de la luz, si duerme la siesta al aire libre; así como se le lleva hacia el morrillo o cogote, sosteniéndole con la mano, para saludar a las personas que más respeto y acatamiento le merecen. Pero volvamos a nuestra cordobesa. Pobre o rica se esmera, como he dicho, en la casa.

Mandábale que no estuviese siempre triste, y aunque la esclava respondía con frases de acatamiento, bien se echaba de ver que la orden no se cumplía.

Se ha dicho que la hipocresía es un homenaje que el vicio rinde a la virtud, y es igualmente cierto que la falsa idea del honor es un acatamiento que los bribones hacen a los hombres de bien, esclavos del honor verdadero.

Esto ocurrió también en Andalucía, donde se conspiró un buen tiempo, si bien luego tratóse de borrar las huellas de tales pasos, y siendo tal vez no pocos de los que luego prestaron acatamiento á Felipe V, los que promovieron y fomentaron ocultamente las conjuras.

Hizo examen de conciencia y creyó sacar en limpio del examen que no amaba aunque agradecía; que la habían deleitado y lisonjeado el acatamiento y las finuras amorosas de ambos galanes, pero que no estaba prendada de ninguno de ellos y que sin pena quería y podía despedir al uno y al otro. Entre tanto, en Cintra no era como en Lisboa.