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Actualizado: 17 de junio de 2025
Habla después del hijo: «es el mejor estudiante de derecho; saca siempre diez puntos y, socialmente, es de lo más fino, de lo más culto y muy amigo de sus amigos». Para la niña, para la hija del estanciero y hermana del futuro jurisconsulto que eclipsará un día la gloria de Justiniano, tiene el «tramitador» palabras justamente ponderativas: «es una monada; muy linda; toca el piano admirablemente; habla francés como una francesa y recita versos de Rostand; interesantísima la muchacha». El «tramitador» tiene también unos conceptos oportunos para la señora, para la consorte del terrateniente: «es muy sencilla, muy buena y muy caritativa». Por último resume así las condiciones de toda la familia: «gente de lo más bien».
Acerqueme á un Censor, dice, y ví que recibia los libros de Jurisprudencia, y que enfadado con tantas cargas de leturas, tratados, decisiones y consejos exclamaba: ¡O Júpiter!, si cuidas de las cosas inferiores, ¿por qué no das al mundo de cien en cien años un Emperador Justiniano, ú derramas exércitos de Godos que remedien esta universal inundacion de libros?
En lo único que no soy eco y en lo único que resulta la disonancia es en lo que me parece afectada ponderación; algo que veo en mi espíritu como trasladado a la vida real desde lo sofístico y aparente del teatro. ¿Cómo he de creer yo con formalidad y sin risa que para representar bien a la emperatriz Teodora, mujer de Justiniano, necesita Sarah Bernard leer a Procopio en griego, atracarse de Pandectas hasta el extremo de desencuadernar el volumen que las contiene y hacer otros mil estudios profundos y enrevesados para enterarse de cosas que probablemente la misma emperatriz jamás supo?
Esta fué la cúpula con que coronó Justiniano su famosa basílica de Santa Sofía de Constantinopla, y de aqui es probable que se difundiese á las naciones que se hallaban mas en contacto con Bizancio, una de las cuales era la Persia.
Al penetrar bajo aquellas bóvedas y rotundas el viajero va viendo á cada paso alguna evocacion del gran emperador europeo, ora en su modesta tumba, dos veces profanada por sus sucesores, ora en los numerosos muebles que sirvieron al Justiniano de la feudalidad.
En la rica colección del duque de Osuna existen algunas comedias de poetas dramáticos antiguos, mencionados en la loa de Agustín de Rojas, cuyas obras se creían perdidas, como, por ejemplo: Los ojos del cielo, compuesta por el licenciado Justiniano. Sacóse en Valladolid, 30 de março de 1615. La famosa toledana, hecha por el jurado Juan de Quirós, vecino de Toledo.
Palabra del Dia
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