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Actualizado: 4 de mayo de 2025
La respuesta era una contradiccion de los judíos españoles para que los de Jerusalen no quitasen la vida á Jesucristo.
27 Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron para regresar a Jerusalén con gozo, porque el SE
Este venía delante con faja de capitán general sobre el arlequinado traje, y tan estirado, satisfecho y orgulloso, que no se cambiara por Godofredo de Bouillón entrando triunfante en Jerusalén. Ni él ni los demás llevaban corazas, pero sí cruces en el pecho; y en cuanto a armas, cuál llevaba sable, cuál espadín de etiqueta.
9 ¿Os habéis olvidado de las maldades de vuestros padres, y de las maldades de los reyes de Judá, y de las maldades de sus mujeres, y de vuestras maldades propias, y de las maldades de vuestras mujeres, que hicieron en tierra de Judá y en las plazas de Jerusalén?
5 Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y lo tomó en las llanuras de Jericó, habiéndose esparcido de él todo su ejército. 8 En el mes quinto, a los siete del mes, que era el año diecinueve de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de los de la guardia, siervo del rey de Babilonia.
7 Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalén; también mucha compañía de los sacerdotes obedecía a la fe. 8 Pero Esteban, lleno de fe y de potencia, hacía prodigios y milagros grandes en el pueblo.
Es justamente la que forma la octava estación, donde el Salvador dijo a las mujeres de Jerusalén: «¡No lloréis sobre mí; llorad sobre vosotras y vuestros hijos!» Estos hijos añadió la tía María dirigiéndose a fray Gabriel son los perros judíos. ¡Son los judíos! repitió el hermano Gabriel.
I. De bello judáico, aun para visto tenían execrable a este animal. Sin embargo, me hace alguna fuerza, lo que buenos escritores traen hablando de la desolación de Adriano: porque Dión hablando de los Judíos de Jerusalén dice: eos penitus Julius Severus oppressit: paucci admodum evasere, atque a caede superfuerunt. In Adriano.
4 O aquellos dieciocho, sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que ellos fueron más deudores que todos los hombres que habitan en Jerusalén? 5 No, os digo; antes si no os enmendares, todos pereceréis asimismo. 6 Y dijo esta parábola: Tenía uno una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló.
13 Y tomó David más concubinas y mujeres de Jerusalén después que vino de Hebrón, y le nacieron más hijos e hijas. 15 e Ibhar, y Elisúa, y Nefeg, 16 y Jafía, y Elisama, y Eliada, y Elifelet.
Palabra del Dia
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