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Actualizado: 6 de octubre de 2025
A proporcion que estas condiciones se reunen en mas alto grado, el criterio del sentido comun es mas seguro, debiéndose medir por ellas los grados de su valor. Expliquémoslo con algunos ejemplos. No cabe duda en que el comun de los hombres objetiva las sensaciones hasta el punto de trasladar á lo exterior lo mismo que ellos sienten, sin distinguir entre lo que hay de subjetivo y de objetivo.
Tenemos pues reducida la experiencia á la percepcion de las apariencias; y como aun esta misma experiencia puramente fenomenal, no es posible, sino por una condicion puramente subjetiva, la intuicion del espacio, tendremos que toda la experiencia se refunde en lo puramente subjetivo; y nos hallamos en el sistema de Fichte, admitiendo el yo como el hecho primitivo, cuyo desarrollo constituye el universo.
Segun el mismo filósofo no exigimos para el pensamiento la unidad absoluta del sujeto, sino porque sin esta unidad seria imposible decir yo pienso; pues que si bien la totalidad del pensamiento puede estar distribuida entre muchos sujetos, el yo subjetivo no puede estar dividido ni repartido, y este yo le suponemos en todo pensamiento.
Las verdades geométricas tienen en él un valor objetivo, ó de representacion, y nó subjetivo; de lo contrario seria necesario decir que Dios es extenso. Ahora bien; en Dios, ser simplicísimo, no hay figuras verdaderas, aunque haya la percepcion intelectual de las mismas.
Y la ciencia no se limita á lo que aparece de los objetos, sino á lo que hay en los mismos; el entendimiento no se detiene en lo subjetivo, pasa á lo objetivo; y cuando no puede alcanzar la realidad, se dilata por las regiones de la posibilidad.
En el órden subjetivo hallamos la sensacion llamada ver; en el objetivo encontramos el tamaño, la figura y demás relaciones del objeto en el espacio; considerando la luz misma hallamos un flúido cuyos rayos tienen tal ó cual direccion sometida á leyes determinadas, pero de ningun modo conocemos intuitivamente su actividad; y para persuadirnos de que la actividad existe necesitamos raciocinar echando mano de principios que no están en la esfera de nuestra intuicion.
Nada mas cierto, mas evidente á los ojos de la filosofía que la subjetividad de toda sensacion; es decir, que las sensaciones son fenómenos inmanentes, ó que están dentro de nosotros y no salen fuera de nosotros; y sin embargo, nada mas constante que el tránsito que hace el género humano entero de lo subjetivo á lo objetivo, de lo interno á lo externo, del fenómeno á la realidad. ¿En qué se funda este tránsito?
Lo primero envuelve un juicio negativo, que se puede expresar por una proposicion negativa; y lo segundo es la simple ausencia del acto de percepcion que nada tiene que ver con la cosa: lo primero es objetivo, lo segundo es subjetivo. Al dormir no percibimos las cosas; pero esta no percepcion no equivale á percibir que no sean.
En la palabra comun, se significa que los objetos de este criterio lo son para todos los hombres, y de consiguiente se refieren al órden objetivo; pues que lo puramente subjetivo, como tal, se ciñe á la individualidad, en nada afecta á la generalidad.
Todo conocimiento exige un objeto; el conocimiento puramente subjetivo es inconcebible; aun suponiendo identidad entre el sujeto y el objeto, se necesita la dualidad de relacion, real ó concebida; es decir que el sujeto en cuanto conocido, esté en cierta oposicion al menos concebida, con el mismo sujeto en cuanto conoce. Ahora bien; ¿cuál es el objeto en el acto primitivo que se busca?
Palabra del Dia
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