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¡Voto va! dije yo a monsieur Sans-délai; ¿sabéis que nuestro expediente se ha quedado en el aire como el alma de Garibay, y que debe de estar ahora posado como una paloma sobre algún tejado de esta activa población? Hubo que hacer otro. ¡Vuelta a los empeños! ¡Vuelta a la prisa! ¡Qué delirio! Es indispensable dijo el oficial con voz campanuda, que esas cosas vayan por sus trámites regulares.

Esto dice Estéban de Garibay. Pero no obstante los muchos judíos que se convirtieron á la fe, todavía quedaron los mas en sus erradas opiniones.

Según refiere Garibay , cuando la virreina doña María do Toledo fué por última vez á la isla Española el año 1544, llevó consigo los huesos de su suegro y marido, dándoles sepultura en la capilla mayor de la iglesia catedral de Santo Domingo. Allí reposaron hasta que por el tratado de paz de Basilea, dejó la isla de ser española.

Y agárrate bien la mitra, que corre peligro de caérsete, o, si te parece mejor, te enviaremos a que la escondas en la República de Andorra, o en una diócesis in partibus, en donde estarás como Quevedo, o como el alma de Garibay. La duquesa llevaba la de perder, habiendo perdido ya la serenidad.

Fuera del Alcalde todos los acompañantes son para el indio otras tantas almas de Garibay. Hemos hecho la anterior digresión para que se comprenda el valor que tiene el castila pronunciado por la esposa india. Para recargar el cuadro y hacer comprender el cariño y respeto que tiene la mujer de la provincia de Tayabas al español, voy á recordar un episodio que presencié el año 1874.

De esta suerte refiere Esteban de Garibay la vida i hechos de Pablo de Santa María. «Fué mui notable prelado el escelente doctor don Pablo, obispo de Cartagena, que siendo judío no solo de nacion de sus progenitores, mas tambien de profesion, recibió la agua del santo bautismo, dejando el judaismo.

La india casada con europeo. El castila y el marido. Valor de un calificativo. Los saludos y el alma de Garibay. Episodio histórico. El alegre y pintoresco pueblo de Sariaya, se encuentra entre la mar y las estribaciones del San Cristóbal. Confina con los pueblos de Tiaong y Tayabas.