United States or Pakistan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Al oír Rafael la pregunta que se le dirigía, procuró serenarse y respondió: Eloisita, tengo un día más que ayer y uno menos de vida. Ya lo que tenéis, Arias; y conozco cuanto sufrís. Eloisita, me vais a meter aprensión como a don Basilio y se puso a cantar . ¡Qué mala cara! En vano disimuláis; hay lágrimas en vuestra risa, Arias.

Pero decidme por Dios, Eloisita, lo que tengo, pues es una obra de misericordia enseñar al que no sabe. Lo que tenéis, Arias, harto lo sabéis. ¿El qué? Una decepción murmuró Eloísa. ¿Una qué? preguntó Rafael, que no la entendió. Una decepción repitió Eloísa. ¡Ah!, ¡ya!, había entendido deserción, y mi honor militar se había horripilado.

¡Ah, Eloisita! contestó Rafael ; un dedo de la mano habría dado por haber tenido en la acción de Mendigorría tales pensamientos; no que cuando me llevaron al hospital con un balazo en el costado, maldito si me sonreían ni la muerte ni la tumba. ¡Qué prosaico sois! exclamó indignada Eloísa. ¿Es esto un anatema, Eloisita? No, señor repuso con ironía la interrogada ; es un magnífico cumplido.

A no ser dijo Eloísa, con remilgada sonrisa que celebréis con los alemanes el azahar y las naranjas; con los franceses, el bolero, y con los ingleses, el vino de Jerez. ¡Ah! Eloisita exclamó entusiasmado Polo , ese chiste es tan espiritual, que si no es francés, merece serlo. En lo que decía, plagiaba Polo, según su costumbre, un conocido dicho francés.