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Actualizado: 14 de julio de 2025
Y no es que la buena filosofía confunda los efectos con las causas, pero no conociendo el físico otra cosa que el fenómeno, solo á él puede atenerse: limitándose por lo que toca á la causa, á la idea abstracta de causalidad, que nada le ofrece de determinado, y por lo mismo no la hace entrar en combinacion en sus trabajos científicos.
Nada mas contrario á las representaciones sensibles que la posibilidad de hallarse una cosa á un mismo tiempo en diferentes lugares; pero nada mas filosófico que esta posibilidad, cuando se han analizado profundamente las relaciones de la extension con las cosas inextensas, y se ha descubierto la diferencia que va de la situacion cuantitativa á la situacion de causalidad.
Cap. Apuremos mas esta doctrina, aplicándola á las cuestiones filosóficas sobre la causalidad. A esto se daban varias respuestas, pero dudo mucho que sea posible ninguna satisfactoria, en no ateniéndose á la doctrina que acabo de exponer. ¿Qué debia responderse pues? hélo aquí.
La causalidad eficiente verdadera se halla en la voluntad del escribiente; pues allí se termina la serie cuyo primer término no está á mi disposicion, sino en un sentido impropio, es decir, mientras el escribiente quiere. Porque suponiendo que no hubiese habido obstáculos, no hubiera habido remociones, y sin embargo el movimiento se habria comunicado.
Recuérdese que aquí tratamos de causa eficiente, de aquella que da el ser á la cosa, y seria muchas veces absurdo el atribuir este género de causalidad á condiciones, que por otra parte están necesariamente ligadas con lo condicional.
La actividad en la criatura, aun en las operaciones inmanentes, es siempre causalidad; porque no puede ejercerla, sin que produzca nuevas modificaciones. Los actos de entendimiento y voluntad son ejercicio de una actividad inmanente, y no dejan por esto de modificarnos de diferentes maneras.
Porque, si bien es verdad en general, que si hay el efecto hay la causa, tambien es cierto que muchas veces una cosa supone á otra, nó como un efecto á una causa, sino como una simple ocasion, ó como una condicion sine qua non, que dista mucho de la verdadera causalidad.
Concebimos muy claramente que B es despues de A, sin que A sea causa de B. La experiencia interna y externa nos ofrece continuos ejemplos de una sucesion distinta de la causalidad. Un hombre sale al campo, otro sale despues de él; entre las salidas hay sucesion, y puede no haber ninguna causalidad.
No han faltado filósofos, y entre ellos el ilustre Malebranche, que han negado á las causas segundas toda eficacia, reduciéndolas á meras ocasiones. El autor de la Investigacion de la verdad se adelanta á sostener que la causalidad secundaria no solo no existe, sino que es imposible. Comencemos por la materia.
CAPÍTULO XIII. Representacion de causalidad y de idealidad. La causalidad orígen de representacion. Profundidad de Santo Tomás como filósofo. Idealidad. Dos proposiciones capitales. Condiciones para que la causalidad sea suficiente orígen de representacion. Una observacion sobre las ciencias naturales. Nueva refutacion de la ciencia trascendental. Lo absoluto. Reflexiones sobre esta doctrina.
Palabra del Dia
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