Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 15 de julio de 2025


Esta unión, que se consumó principalmente después de la muerte de Fernando, dió á la monarquía española, fundada entonces, la fuerza y la autoridad de que careciera cuando se hallaba dividida en diversos territorios.

En cuanto a lo de alhajar cómoda y lujosamente un nido donde recibir a Cristeta, también varió algo su propósito, discurriendo que tal vez careciera de sentido común el forjarse ilusiones si la paloma había ya anidado en otro lado, y hasta hecho cría. El deseo de aquel hombre iba sufriendo una transformación tan radical como justificada.

Los entusiasmos, los crímenes, la alegría, los amores, todo era producto del vino, como si aquel pueblo, que aprendía a beber apenas soltaba el pecho de la madre y contaba las horas del día por el número de copas, careciera de pasiones y de afectos, fuese incapaz de moverse y sentir por propio impulso, necesitando para todos sus actos el resorte de la bebida.

Un viviente que careciera de estos dos sentidos, no parece que debiera estar privado de recibir las impresiones del oido, y del olor; quizás tampoco del sabor, porque si bien es verdad que con las sensaciones del paladar van siempre unidas las del tacto, como duro, blando, caliente, frio etc. etc., tambien es cierto que estas sensaciones son enteramente distintas de la del sabor, y no tenemos ninguna razon para asegurar que no puedan separarse.

Es posible y probable que en un principio esta voz representada por el radical malayo ratus, careciera de r, en cuyo caso no vendría de rau, que acabamos de decir, sino de atus ó atos.

No hubo bien oído don Quijote nombrar libro de caballerías, cuando dijo: -Con que me dijera vuestra merced, al principio de su historia, que su merced de la señora Luscinda era aficionada a libros de caballerías, no fuera menester otra exageración para darme a entender la alteza de su entendimiento, porque no le tuviera tan bueno como vos, señor, le habéis pintado, si careciera del gusto de tan sabrosa leyenda: así que, para conmigo, no es menester gastar más palabras en declararme su hermosura, valor y entendimiento; que, con sólo haber entendido su afición, la confirmo por la más hermosa y más discreta mujer del mundo.

Palabra del Dia

accidents

Otros Mirando