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Actualizado: 24 de julio de 2025
Los tiempos han marchado, y nosotros con ellos. La vida fácil de otro tiempo se ha acabado, y ante las generaciones nuevas se abre una vida de combate. Hay que combatir para tener un sitio al sol, y educar a las jóvenes como se las educaba en otro tiempo, sería un verdadero anacronismo. ¿Por qué? dijo la abuela, no convencida. Porque la joven figurante ha dejado de existir.
Se las educaba en la inmodestia, de donde resultaba que estas tales niñas apenas podían esconder, bajo el barniz de la urbanidad, el desprecio que sentían hacia todo lo que fuera o pareciese inferior a la esfera en que ellas estaban.
Doña Camila la educaba como si fuera un polvorín. «Se había equivocado su natural instinto de la niñez; aquella amistad de Germán había sido un pecado, ¿quién lo diría? Lo mejor era huir del hombre. No quería más humillaciones». Esta aberración de su espíritu la facilitaban las circunstancias.
Era hija de un maestro de escuela que había muerto el año anterior. Se educaba en los Estados Unidos cuando esta desgracia la obligó á volver al país, dejando incompletos sus estudios. Quería servir de madre á sus hermanos menores, que después de muerto el padre, quedaban completamente solos en la casa.
Su manejo educaba la mano mejor que los marfiles. Don Alonso los tomaba con cuidado infinito, como si un movimiento poco armonioso pudiera quitarles la vida. Un amigo suyo, un pintor formado en Venecia, a quien llamaban el Greco, habíale enseñado a mirarlos de noche en un rayo de luna. Sobre la vaga substancia la luz astral rielaba un reflejo fosforescente.
Mientras la madre atesoraba, don Gabriel educaba al sobrino a su imagen y semejanza, llevándolo consigo a ferias, cazatas, francachelas rústicas, y acaso distracciones menos inocentes, y enseñándole, como decían allí, a cazar la perdiz blanca; y el chico adoraba en aquel tío jovial, vigoroso y resuelto, diestro en los ejercicios corporales, groseramente chistoso, como todos los de la Lage, en las sobremesas: especie de señor feudal acatado en el país, que enseñaba prácticamente al heredero de los Ulloas el desprecio de la humanidad y el abuso de la fuerza.
Palabra del Dia
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