United States or Nauru ? Vote for the TOP Country of the Week !


Tiene el Rey albanés, Enrique amigo, Sólo una hija, como yo á Dionisia; Pídensela mil Príncipes y Reyes, Y ella pone los ojos en un hombre, Noble por cierto, mas vasallo suyo.

Hasta se susurra pero sin que existan datos para establecerlo como rigurosa verdad histórica que el insigne ex buen mozo quiso recordar sus pasadas glorias, y verter una regaderita de agua sobre sus secos y mustios lauros, y eligió para cómplice a cierta rata de proscenio, nombrada Zulma en la docta academia teatral, si bien está averiguado que en regiones menos olímpicas pudo llamarse Antonia, Dionisia o cosa así.

El rey de Irlanda, viéndose en grave apuro, entrega á sus enemigos al conde Enrique como autor de todo lo ocurrido, pero Isabel descubre la verdad dándose á conocer; su padre, su hijo y su esposo se creen en el colmo de la dicha al recobrar á la que suponían perdida para siempre, y Dionisia borra la mancha, que deslustraba á su honor, casándose con Octavio.

Firmemente convencida Dionisia de haber estrechado en sus brazos á su amante la noche de la entrevista, se maravilla sobremanera de que aquél se haga el desentendido, y cree que se propone negarlo; su pasión se acrecienta más y más, reconviene amargamente al Conde por su conducta, y lo obliga, no comprendiendo lo que sucede, á abandonar la corte para siempre y ausentarse á un país lejano.

Dionisia, hija del rey de Irlanda, pone sus ojos en el bello conde Enrique, y encontrándolo en un paraje retirado de los salones, en una partida de caza, lo cita para la noche siguiente.