Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 11 de junio de 2025


Acercándose a la historia, llegan estos románticos a la vida; pero en su pesquisa de la veracidad y el documento se apartan siempre, con aprensivo ademán, del estercolero de Job en donde Zola prospera y se solaza.

«No, no hay Dios, iba pensando, pero si lo hubiera estábamos frescos...». Y más abajo: «Y de todas maneras, eso de que le han de enterrar a uno de fijo, sin escape, en ese estercolero... no tiene gracia». Y corría, sintiendo de vez en cuando escalofríos. Don Pompeyo tuvo fiebre aquella noche. «Ya lo decía él; ¡la humedad!».

Se injiere en todas las cosas de los humanos, desde las grandes a las insignificantes; interviene en la vida pública y en la íntima; bautiza al que viene al mundo, acompaña al niño a la escuela, monopoliza el amor, declarándolo vergonzoso y abominable cuando no se somete a su bendición, y divide la tierra en dos categorías: la sagrada para el que muere en su seno, y el estercolero al aire libre para el hereje.

Cuando nosotras doblemos la cabeza y nos quedemos como un pollo con moquillo, nos agarrarán de un zancajo y nos echarán á un estercolero. ¡Pues ya se ve! ¡como era tan hermosa!... y como era querida de un señor... ¡he ahí! Quede vuesa merced con Dios. Vamos, tía Brígida, vamos, que ya es tarde.

Cogió el sombrero y el bastón de puño de oro; saludó con una cabezada al Magistral y salió murmurando: A lo menos San Simeón Estilita estaba sobre una columna, pero no era una columna... de este orden; no era un estercolero. Doña Lucía se presentó y con un gesto displicente contestó a las palabras de su primo que había oído desde lejos: Es un loco, hay que dejarle.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando