enseñe

Actualizado: 16 de mayo de 2025

Al pasar por delante, enseñé con rabia los puños, sin detenerme, al perverso enano, que aún seguía a la puerta, como guardián misterioso de algún cuento de Las mil y una noches. Como las calles son tan estrechas, los carruajes no pueden correr en Sevilla, so pena de atropellar a los transeúntes.

Armando Palacio Valdés - La hermana San Sulpicio

¡Y lo digo, Perico, lo digo! repuso gravemente el viejo . La alcanzan, sí, por cierto... Y en ti mismo lo ves ahora..., porque tú las habrás rezado... ¡Sí, padre, sí..., siempre, siempre! Y se las enseñé a Monina... Ni una noche las dejé, aunque hubiese...

Luis Coloma - Pequeñeces