Actualizado: 27 de junio de 2025
Tosí, sudé, empalidecí, di algunas vueltas al sombrero, estiré el cuello de la camisa, que no me apretaba, y, por último, le alargué la mano. ¿Cómo sigue usted? Tomola, mirándome con desconfianza, y contestó de mal talante al saludo.