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Para ti el renombre de valiente, la fama de leal y de noble es lo primero. Para lo principal es la salvación del alma... Perdóname si te he ofendido, y que ese honor, al cual rindes tan fervoroso culto, te sirva para no acordarte de lo que hemos hablado. Ricardo posó sobre la joven una mirada prolongada y triste.

Mi marido, mi yerno M. de Cessia y Alfonso, han asistido; yo les animé cuanto pude, porque para Francia no hay más salvación que la conciliación con Europa, bajo la salvaguardia de los antiguos reyes que hoy se encuentran desterrados.

Tan notorio fue ya el desorden, que Zapata, aterrado, viendo venir el trueno gordo, hubo de vencer la modorra en que su cara mitad le tenía, y se puso a hacer números y a querer establecer método y razón en el gobierno de su hacienda; pero ¡oh triste sino de la familia! cuando más engolfado estaba el hombre en su aritmética, de la que esperaba su salvación, cogió una pulmonía, y pasó a mejor vida el Viernes Santo por la tarde, dejando dos hijos de corta edad: Antoñito y Obdulia.

9 Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas naciones y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de luengas ropas blancas, y palmas en sus manos; 10 y clamaban a alta voz, diciendo: Salvación al que está sentado sobre el trono de nuestro Dios, y al Cordero.

«La ley del perdón es necesaria, porque el mal es universal, y sin ella nadie podría tener esperanzas de salvación.» ¿Se derivaba esta idea de una persuasión abstracta, o más bien de la conciencia de alguna culpa personal suya? Poco a poco iban entrando en juego otros temas: en algunas páginas no se leían más que disquisiciones acerca de los problemas de la vida.

Estas son las consecuencias. »Ahora escribiré a Isidora, a quien no veré más. La única persona por quien siente emociones cariñosas mi corazón es ella. ¡Cuánto más vales que otras virtudes secas y orgullosas! Nuestras dos almas han simpatizado, porque son similares. Yo no tengo ya salvación; puedes salvarte. Ahora, ánimo. Tremenda cosa es afrontar el dudoso abismo de la eternidad.

»Más dichoso fué este cavallero en haver conocido á nuestra Benerable Madre Ana, aunque pobre y humilde en quanto al mundo, que en haver tenido entrada con los mayores Príncipes de Europa. Ella, quando le conoció y trató en París, le cobró tanto amor, que estando ausente le alcanzó de Dios la salvacion de su alma, que es lo más que nos puede dar Dios, pues anssí se nos da asimismo.

Mil garfios le arrancaban las entrañas. Luis se casaba. ¿Por qué? ¿No le había sacrificado su juventud, su honor, su salvación, si después de esta vida había más que tinieblas? ¡Qué valía esto!

Lo que sabía a ciencia cierta era que en don Fermín estaba la salvación, la promesa de una vida virtuosa sin aburrimiento, llena de ocupaciones nobles, poéticas, que exigían esfuerzos, sacrificios, pero que por lo mismo daban dignidad y grandeza a la existencia muerta, animal, insoportable que Vetusta la ofreciera hasta el día.

Ademas, los católicos sostienen que fuera de la Iglesia no hay salvacion, los protestantes afirman que los católicos tambien pueden salvarse; y así ellos mismos reconocen que entre nosotros nada se cree ni practica que pueda acarrearnos la condenacion eterna.