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Nadie con más ahínco y fervoroso celo se ocupó jamás de la salvación de la hermosa mitad del género humano.

; te quiero mucho, pero te quiero bueno y piadoso, porque antes que en todo lo demás debemos pensar en nuestra salvación y en hacer el mayor bien que podamos en este mundo. El joven sintiose en aquel momento enternecido, saboreando las gotas de cariño que su amada dejaba caer sobre sus labios.

Tiene Vd. que prometerme antes su auxilio. ¿Trabajará Vd. conmigo para que seamos todos cristianos, o me entiendo yo con Pepe y con mi padre? ¿Imagina usted vivir santamente no haciendo daño al prójimo? ¡Qué ceguedad! ¿Y Vd. misma? ¿Y su salvación?

La Providencia deparonos nuestra salvación en la considerable persona de la viuda de García Grande, que se nos pareció de improviso saliendo de una de las más feas y más roñosas puertas que a nuestro lado veíamos. Cuánto nos alegramos de aquel encuentro, no hay para qué decirlo.

¡Que me calle!... ¡que me calle! ¡Ah!, esposa mía, esposa adorada, ángel de mi salvación... Mesías mío... ¿Verdad que me perdonas?... di que . Se levantó de un salto y trató de andar... No podía.

Bendito San Antonio, tres cosas te pido: salvación, y dinero, y un buen marido; y donde los chicos de la Escuela del Cura y los de la Escuela Nacional reñían tremendas batallas. Allí, en la sabanita, a espaldas del santuario, eran las carreras de caballos el día de San Juan. Poco tiempo, pocas horas, y de mañanita iría yo con algunos amigos de la infancia a recorrer aquellos sitios.

Si la abuela, en vez de prodigarme argumentos discutibles me ofreciese algo semejante, se puede apostar a que no vacilaría yo lo más mínimo, pues preferiría aventurar la desgracia de mi existencia mortal a arriesgar la salvación eterna... Pero el caso es que como no hay nada sólido en el mundo, las ideas han cambiado de tal modo, que la abuela no puede llamar al Cielo en su ayuda, aunque no le faltarían ganas.

Tan no causó impresión en Buenos Aires, que Rosas no se ha atrevido a tocar nada de lo acordado entonces, y es preciso que sea un absurdo inconcebible aquello que Rosas no intente. En las provincias, empero, ésta fué una cuestión de religión, de salvación y condenación eterna. ¡Imagináos cómo la recibiría Córdoba! En Córdoba se levantó una inquisición.

Uno de los temas de la conversación más frecuente entre los dos amigos, era la certidumbre de esa salvación: Silas confesaba que no podía llegar nunca más que una mezcla de esperanza y de temor, y escuchaba a William con una admiración llena de deseo, cuando éste declaraba que había tenido siempre la convicción inquebrantable de su salvación, desde que en la época de su conversación, había soñado que las palabras «llamado y sin duda elegido» se presentaban ante sus ojos sobre una página blanca de la Biblia abierta.

Tan violento es en el hombre el amor á la vida, tan fuerte el temor que le causa la muerte, su devoción por la Naturaleza, cuando espera de ella una moratoria. Y después de todo, ¿por qué no sería el agua la salvación del hombre? En la mayor parte de las plantas encuéntrase en iguales proporciones que en el cuerpo humano. Y asimismo cubre el agua salada las cuatro quintas partes del globo.