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Todos ellos son inclinados a mandar y anhelar por cualesquiera empleo y ocupación por despreciable que sea; y procuran desempeñarlo el tiempo que les dura, y manifiestan mucho sentimiento cuando, fuera de tiempo y por algún motivo que hayan dado, se les priva del empleo, teniéndolo por mengua y deshonor; sienten asimismo las palabras injuriosas, y el estar en desgracia del que los manda, de modo que, en cometiendo alguna falta, aunque sean los muchachos, desean que luego los azoten, y no los maltraten de palabras, para volver a la gracia de sus superiores.

Bautizados, pues, aquí los muchachos, pasó á los Quiriquicas, donde el año antecedente la Reina de los Ángeles le había defendido de sus flechas.

Vosotros añadió el viejo, dirigiéndose a los muchachos no tenéis idea de lo que hicieron la otra vez. Siete años duró; la gente no podía salir de las ciudades, fusilaban hasta niños y mujeres... Sería una vergüenza... ahora que el ejército está bien armado y mejor vestido. En la otra guerra se batieron con fusiles de pistón y hasta de chispa, y llevaban en invierno pantalones de hilo.

En fin terminó Kernok , esto será así porque yo lo quiero; ¿está claro? Y al primero que abra la boca se la cerraré yo; ya sabéis que acostumbro cumplir lo que prometo. Conque, en marcha, muchachos.

Ahora asistía casi diariamente una partida de cinco o seis muchachos de Antequera, al parecer estudiantes, gente de buen humor, socarrones y maleantes, que tramaban entre mil guasas, algunas de ellas de un color harto subido. Ramoncita caminaba con cierta cautela, con la sonrisa en los labios y el escepticismo en el corazón, dispuesta a dejar el campo al primer contratiempo.

De casa de tu tío... como siempre... Hoy me he descuidado un poco más. Cuando llegué a ese grupo de gente ya venías con los muchachos, pero no te conocí: me enteré de lo que era y quise también tener mi parte en la buena obra. ¿Dónde quiere V. que vayamos?... Yo pensaba llevarlos a un restaurant.

Varias veces pregunté a Mary si tenía algún proyecto para el porvenir. Ella me dijo que podría dar lecciones de inglés a los muchachos de Elguea y seguir viviendo allá; pero yo le advertí que esto era imposible. ¿Por qué? Porque no, criatura. ¿Cómo le van a tener respeto muchachos de su misma edad o mayores que usted? No puede ser. ¿Y si les enseño el inglés tan bien como otro profesor?

Volvió a oír allí los lamentos: unos ayes histéricos de mujer llorosa, alaridos de muchachos, semejantes al aullar de perrillos abandonados. La familia de Pachín gritaba frente a la puerta de la enfermería, defendida por un marinero impasible.

Un detalle para terminar: de los actores, según la relación, pudieron todos librarse de las llamas, y de uno de ellos dice: «El que hacía la figura de San Onofre salió casi desnudo, con una mata de yedra por paños menores, y los muchachos le siguieron dándole ¡Vaya! hasta su casa, que estaba lejos

Lo mismo hacían con los muchachos y muchachas, que corrían, hasta que se casaban, al cargo del padre, así en el alimento y vestido como en la educación y aplicación al trabajo. Tenían en cada pueblo una casa en que recogían a las indias de mal vivir, a los enfermos habituales y viejos impedidos; allí los sustentaban y vestían, aplicando cada uno a lo que podían.