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Cuyos motivos y no haber encontrado algo que se oponga a las Regalías de Su Magestad, grangean de justicia la licencia de la Estampa. Mallorca y Agosto 18 de 1691. D. Diego Jerónimo Costa Abogado Fiscal Patrimonial. Imprimatur El Conde de Santa María de Formiguera, Lugartinente de Virrey y Capitán General de Mallorca.

Ser esclavo de un favorito dijo la condesa ; de modo que si el duque de Osuna, en vez de llamarse virrey, se llamase rey de Nápoles, lo que no sería otra cosa que un reino más perdido para el rey de España, el secretario del virrey sería secretario del rey... ¿y quién sabe?... El duque de Lerma ha nacido para equivocarse, y nada más que para equivocarse. ¿Y qué tiene que ver mi padre?...

El sacrílego principió por una tenaz negativa; pero le aplicaron garrotillo en los pulgares o un cuarto de rueda, y canto de plano. Cuando el virrey recibió el oficio del intendente de Hancavelica despachó para guarda del reo una compañía de su escolta.

Mujer joven, no mal laminada, rica y autorizada para dar pronto reemplazó al difunto decían los moqueguanosqué gangas de testamento! Y el dicho pasó a refrán. Y el virrey encontró otras tres rondas, y los capitanes le dieron las buenas noches, y le preguntaron si quería ser acompañado, y se derritieron en cortesías, y le dejaron libre el paso.

Iremos con la expedición que manda a Oriente el Rey D. Manuel y estaremos a las órdenes de su almirante y de su virrey, pero gozaremos de cierta independencia que yo sabré hacer mayor cuando conviniere.

Marqués de la Casta, Virrey y Capitán General de este Reino, y los Muy Ilustres Señores Jurados, el Sr.

El virrey puso el grito en el cielo y dijo, en un arrebato de cólera: que si su capellán iba desterrado, no haría el viaje solo, sino acompañado del fraile arzobispo.

Con todo, pidió paz el jeque de la isla, reconociéndose sometido y librando al Virrey de ansiedades .

Llegaron en esto las otras dos galeras, y todas cuatro con la presa volvieron a la playa, donde infinita gente los estaba esperando, deseosos de ver lo que traían. Dio fondo el general cerca de tierra, y conoció que estaba en la marina el virrey de la ciudad.

A Goa acudían agentes o enviados de muchos soberanos a negociar alianzas y a mendigar el favor y el auxilio del virrey. Los rajaes de Cambaya y de Narsinga, el samori, los príncipes y sultanes de Aracan, de Bengala y del Pegu, y hasta el propio shah de Persia, anhelaban la amistad de los portugueses, les enviaban presentes o les rendían parias.