United States or Cocos Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Las espumas, luego de elevarse junto a la proa formando dos surtidores de leche pulverizada, resbalaban por los costados en grandes redondeles semejantes a los anillos de luz sideral. Corrían de proa a popa las aguas removidas, dos ríos verdes, agitados, tumultuosos, abiertos en la inmovilidad azul del Océano.

Para animarme solía yo discurrir allá en mis adentros: hemos gastado más de lo que podíamos gastar en una pobre e inútil defensa, y hemos perdido al fin nuestras ricas colonias, pero nadie podrá acusarnos, con justicia, de malos colonizadores, ni de nación estéril, cuando tan vastos territorios han permanecido en nuestro poder cerca de cuatro siglos y cuando de esta nación han brotado, como de tronco lleno de savia las ramas verdes y floridas, diecisiete repúblicas de gran porvenir, donde circula nuestra sangre, donde queda indeleble el sello de nuestro propio ser y carácter y donde sigue y seguirá hablándose nuestro idioma.

Pues qué, ¿todo ha de ser lloriqueos, blanduras, dengues, melosidades y tonterías? ¿Se escribe para doncellas de labor y viejas verdes, ó para hombres formales y gentes de sentido comúnQuien así hablaba era la tercera eminencia que componía el jurado, y me parece llegada la ocasión de describirlo. D. Marcos había sido novelista.

¿Por qué, señor? repuso ella envolviéndole en una verdadera irradiación de sus inmensos ojos verdes, circundados de largas y crespas pestañas negras.

Le llamaban «el mallorquín de las onzas», porque su madre le remitía el dinero en onzas de oro, que rodaban con reflejo escandaloso sobre las mesas verdes. Al prestigio de esta magnificencia monetaria iba unido su extraño título de butifarra, que hacía sonreír en la Península, evocando en la imaginación de muchos una especie de autoridad feudal, con derechos de soberano, sobre lejanas islas.

A la izquierda, la curiosa altiplanicie llamada la Mesa, que se levanta sobre la tierra caliente. A la derecha, Canoas, con las faldas de sus cerros, verdes y lisas, donde se corre el venado, soberbio y abundante allí. Abajo, San Antonio de Tena, medio perdido entre las sombras de la llanura y las luminosas ondas solares.

Habíanle armado pues de piés á cabeza: llevaba unas armas de oro con esmaltes verdes, un penacho verde, y la lanza colgada con cintas verdes. Por el modo de gobernar Itobad su caballo, se echó luego de ver que no habia destinado el cetro de Babilonia á un hombre como él el cielo.

RAQUEL. Con un pintor llamado Gedeón Lourmail; un señor que expone en los Independientes mujeres azules y hombres verdes... TERESA. Por nada del mundo querría casarme con un artista. Busco un médico. ELSA. ¡Ay! ¡Qué mal haces...! ¡Los médicos son muy pillastres...! TERESA. Tomaré mis precauciones; tengo una amiga que se casó con un gran ginecólogo.

La situación de la ciudad es pintoresca, aunque muy singular. Estando ésta en una depresión entre las montañas, el viajero no la ve hasta llegar al borde de la meseta, y la apariencia súbita de sus tejados colorados y sus árboles verdes, coronados del pico nevado del Illimani, presenta una vista muy hermosa.

Tenía gran sala baja, capilla, patio con flores, habitaciones con zócalo de azulejos amarillos y verdes; puertas de pino, lustradas y chapeadas; gran número de arcones, muchas obras de talla, cuadros viejos y nuevos, algunas jaulas de pájaros, finísimas esteras, y, sobre todo, una tranquilidad, un reposo y plácido silencio que convidaban a residir largo tiempo en aquella mansión.