United States or Mauritius ? Vote for the TOP Country of the Week !


Arriméme a la pared por darles lugar, y desque el cuerpo pasó, venían luego a par del lecho una que debía ser mujer del difunto, cargada de luto, y con ella otras muchas mujeres; la cual iba llorando a grandes voces y diciendo: "Marido y señor mío, ¿adónde os me llevan? ¡A la casa triste y desdichada, a la casa lóbrega y obscura, a la casa donde nunca comen ni beben!"

El aspecto de Brujas es muy triste, no obstante el interes que inspiran sus muy curiosas construcciones de todo género, que conservan profundamente grabado el sello característico de la edad média.

La Ignacia y Martín, por consejo del médico, obligaron al viejo a que suprimiese toda bebida, fuese vino o licor; pero Tellagorri, con tal procedimiento de abstinencia, languidecía y se iba poniendo triste. Sin vino y sin patharra soy un hombre muerto decía Tellagorri ; y, viendo que el médico no se convencía de esta verdad, hizo que llamaran a otro más joven.

¿Y por qué no? nunca se duerme mejor que cuando nada se desea, cuando se ha obtenido todo lo que se anhelaba: ¿y Luis? estás pálido, pareces triste; si continúas así, creeré que te has sacrificado a mi felicidad. ¡Oh! no: yo creía que ... que sufrías; pero veo con placer que me he engañado; te prometo dormir esta noche tan bien como .

El mísero rebaño pasó ante doña Manuela con triste chancleteo, y la señora no pudo reprimir un movimiento de repulsión ante aquellas cabelleras greñudas y encrespadas que servían de marco a rostros escuálidos y sucios, en los que la piel tomaba aspecto de corteza. ¡Gran Dios, qué gente!

El que lea estas últimas, que son La Isabela y La Alejandra, bajo la impresión de las desmedidas alabanzas, que Cervantes les prodiga, sufrirá triste desengaño, y confesará á la postre que sólo merece celebrarse la elegancia de su dicción y alguna que otra escena.

Díjole ella, en fin, que era muy extraña cosa que un hombre que, como él, de tal manera se había entrado en su casa amparándose de la justicia, y que decía que por ella se había puesto en tal trabajo, y que la había dado música, y tan amorosos y encendidos versos la había cantado, viniese a dormirse como si ningún cuidado le inquietase y como hubiera podido dormirse en su casa: a lo que él respondió mirándola amorosísimamente, que tantas noches había pasado en vela atormentado por sus amores, y tan desesperado y triste, que no había que admirarse de que, cuando al fin lucía para su amor el sol de la esperanza, descansado hubiese en alguna manera de su trabajo.

Y convencido de que nunca había de triunfar sobre una voluntad rebelde al amor, fué alejándose, sin que la esposa se mostrase triste y ofendida. Ella misma ayudó con no oculta satisfacción á este divorcio.

Era una señora de aspecto triste, con el pelo canoso y el rostro todavía fresco. A sus lados estaban sentadas dos niñas. Un muchacho de catorce años, su hijo mayor, de pie ante ella, escuchaba sus palabras... Y la madre acababa por mostrarles sobre el canapé de su modesto salón un retrato que representaba á Canterac joven, con uniforme militar.

Luego dijo esforzándose por sonreir: Me alegro, me alegro con toda mi alma. Sería un villano si otra cosa hiciese. Porque yo, al fin, te ofrecía una posición honrosa en el mundo, mientras él te ha colocado en una situación bien triste... Pero si yo me alegro de esa situación interrumpió Soledad con tonillo colérico. ¡Lo ! ¡lo !... No te esfuerces en convencerme respondió él con amargura.