United States or Saint Martin ? Vote for the TOP Country of the Week !


El otro continúa: Pero haces bien en recordarme a nuestros padres; no tengo derecho a arrojar una mancha sobre su nombre, sobre el nombre de los Felshammer... Esa es una idea que me atormenta desde hace un tiempo... Y, a decir verdad, me alegro de haberte encontrado... Podemos hablar de ello tranquilamente... me voy a América.

He venido a buscar al doctor; necesito ver al doctor le dijo Silas ; ante todo, al señor Crackenthorp. ¿Qué sucede, Marner? dijo el pastor . El doctor está aquí; pero antes decid tranquilamente para qué lo necesitáis.

La pobrecilla cree que vamos á hacer daño á su hija. No tengas cuidado exclamó dirigiéndose á ella, que no la tocaremos. La vaca, como si quedase satisfecha con aquellas palabras, dejó de mirar á la cría y siguió ruminado tranquilamente. ¡Qué animalitos de Dios! Son como nosotros. Y á veces mejores que nosotros respondió Pedro.

Yo soy para él lo desconocido, lo misterioso, una gran señora, una duquesa, que la confusión de nuestra época coloca á su alcance. ¡Pobre muchacho! Hace unas semanas reía en mi presencia con una simpleza infantil, me miraba tranquilamente, sin que por sus ojos pasase la sombra de un mal pensamiento. El era feliz, yo también lo era; ¡mientras que ahora!...

Le era imposible defender su propiedad; no podía discutir con aquel jefe que saqueaba el castillo tranquilamente, ignorando la presencia del dueño. «¡Ladrones! ¡ladrones!» Y volvió á meterse en el pabellón.

Recuerde que él me mostró esa bolsita de gamuza, la primera noche que nos conocimos le dije. Me declaró entonces que lo que en ella se encerraba le daría fortuna... y ciertamente que ha sido así añadí, paseando la mirada por el magnífico salón. Le dio riquezas, pero no felicidad, señor Greenwood respondió tranquilamente.

Lo que yo había dicho, inutilizaba todos sus esfuerzos para ocultarme su origen, y me vengaba completamente de toda su maldad para conmigo. ¡Es usted una serpiente! exclamó con voz estrangulada. No lo creo, mi tía. ¡Una serpiente! Ya lo ha dicho, respondí tranquilamente. ¡Una serpiente cobijada en mi seno! repitió mi tía, que estaba demasiado colérica para hacer gastos de imaginación.

Los otros debían continuar su rumbo tranquilamente, sin preocuparse de la agresión. Si el buque de delante ó el que seguía á popa era torpedeado, no había que detenerse para darle auxilio. Los torpederos y «chaluteros» se encargarían de salvar á los náufragos, si resultaba posible.

No quiera Dios, mi querido amigo protestó vivamente Raúl, que sentía ya su torpeza; creo que es un oficial de mérito, del que no tengo nada que decir... Pero no es sólo... Creía haber encontrado con frecuencia a la señorita Raynal en casa de su madre de usted, señor conde dijo tranquilamente el notario.

Así que sacié mi apetito, levantó la mesa la sirvienta, se encendió un espléndido fuego en el hogar, y nos sentamos, el cura y yo, cada uno a un lado de la chimenea. Veamos, pues, Reina, hablemos seriamente. ¿Qué tienes que contarme? Adelanté mis piececitos hacia las llamas del hogar y respondí tranquilamente. Mi cura, me muero.