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Esta expedicion, que llevaba abundantes fusiles y municiones, cerca de la isla de Santa Cruz apresó un buque mercante español, y el bergantin y la goleta de guerra Intrépido y Rita, vispera de surgir felizmente en el puerto de Juan Griego, esto es, el dia 5 de Mayo. Los dos últimas presos bloqueaban la Margarita por el rumbo de Occidente.

Vamos, no lo podía remediar el marqués; según frase suya, Rita le escamaba terriblemente. ¡Es que a veces ostentaba una desenvoltura! ¡Se mostraba con él tan incitadora; tendía la red con tan poco disimulo; se esponjaba de tal suerte ante los homenajes masculinos!

Digo lo que mi madre respondió esta . No es cosa de chanza que el jefe de una familia sea de distinta religión que la de esta; creo como mi tío, que cada cual debe casarse en su país; y digo lo que Rita: que no me casaría jamás con un hombre sólo porque tuviese veinte mil libras de renta.

Entendía don Pedro el honor conyugal a la manera calderoniana, española neta, indulgentísima para el esposo e implacable para la esposa. Y a él que no le dijesen: Rita no estaba sin algún enredillo.... Acerca de Carmen y Manolita no necesitaba discurrir, pues bien veía lo que pasaba. Pero Rita....

Su carácter sumiso y reposado y la nobleza de sus inclinaciones tenían embelesados a cuantos la trataban, y la buena Rita, convertida en guardiana de la criatura, no podía mencionarla sin decir con íntima devoción: Es una santa, una santa.... Sólo una vez se recordaba que Carmencita hubiese alzado en el silencio de la casa su voz armoniosa deshecha en sollozos.

A Rita le resbalaban por las arrugas de las mejillas unos lagrimones como puños, y, con hipo de sollozos, le decía a la niña: Salvador vendrá en seguida; te llevaremos a Luzmela...; no llores, santa mía, no llores, paloma....

Eso es ser más realista que el rey dijo Rita, con un gracioso desdén ; y bien puedes asegurar al mayor, en nombre de todas las sevillanas, que tanto nos da que ese lord nos encuentre feas como bonitas. Pero sigue con tu historia, Rafael; te quedaste en los preliminares del casamiento del tío.

Nos habíamos sentado en un banco del parque. Enfrente, sentadas en otro, estaban la madre, la hermana María de la Luz y una señora, de Sevilla también, que estaba tomando las aguas, llamada D.ª Rita. En una pausa me preguntó: Conque usted deseaba saber si pienso renovar mis votos, ¿verdad? , señora le respondí sorprendido. Pues voy a satisfacerle a usted la curiosidad.

Me pone usted en un apuro con que vengan ya a buscarme la berlina de mamá y Narcisito en la berlina. Si fuera el landó, si fuera al menos el clarence, no habría dificultad. Pero en la berlina que es muy estrecha... ¿quiere usted decirme, diantre de general y aborrecible padrastro, dónde voy a colocar yo a doña Rita, que pesa doce arrobas y parece una urca holandesa?

No sirve contestar que usted no sabe nada. Usted se ha criado en esta casa, y conoce a mis primas desde que nació. Rita.... Rita es mayor que usted, ¿no es verdad?