United States or New Caledonia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Tablillas de San Lázaro, especie de cascabeles con los cuales se recogían las limosnas para los hospitales. Quevedo, en su Perinola contra el Dr. Montalbán, inserta un par de versos de ese sastre de Toledo, que copiamos aquí por lo curiosos: Si de aqueste pelo á pelo Pelícano vengo á hacer, La piel del diablo recelo; Y pues tercio en su querer, Quiero ser su terciopelo.

Entonces es cosa clara; Mas cierta podéis estar Que no me lo ha de mandar. 2515 Y así, me voy; que no quiero Dar á tan gran caballero Ni sospecha ni pesar. Detente. Si habéis oído Lo que ya sospecho aquí, 2520 Pienso que estaréis de Seguro y agradecido.

23 Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados; que poderoso es Dios para volverlos a injertar. 25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes acerca de vosotros mismos; que la ceguedad en parte aconteció en Israel, para que entre tanto entrase la plenitud de los gentiles;

Al escuchar su respuesta creyó que algo acababa de pasar ante el sol, velando momentáneamente su luz. Fué como una nube que se deslizaba sobre la tierra y sobre su pensamiento esparciendo una sensación de frío. A él también le quiero. Lo dijo mirándole como si implorase su perdón, con la sinceridad dolorosa de un alma que ha reñido con la mentira y llora al adivinar los daños que causa.

¡No quiero morir! repitió . Hay momentos en que adivino que me siguen y me cercan... Tal vez me han conocido y esperan el momento de sorprenderme en pleno trabajo... Ayúdame: hazme salir de aquí; mi muerte es segura. ¡He hecho tanto daño!... Calló un momento, como si calculase todos los delitos de su vida anterior.

Pero quiero suponer que desoyendo la experiencia y la razon, se empeña alguno en sostener que la sensacion de los dos círculos será la misma: voy á hacer palpable la extrañeza y hasta la ridiculez de esta opinion.

Y en cambio reclamaré que se me enseñe el escrito en que me acusa. Escuche usted. No quiero olvidar que he sido su amiga. Más le vale á usted confesar francamente lo que tiene que reprocharse, que insistir en negar contra toda evidencia. Se pierde usted, se lo juro... Esa mujer no miente cuando se acusa... Ni Tragomer, ni Marenval, ni Freneuse mienten...

Si te dijera que le queria, te diria un embuste; no le quiero, la verdad ante todo; tengo muchísimas razones para no quererle; pero desde que supe que vino de San Cloud para recoger el último suspiro de un viejo ilustre, de un hombre verdadero y honrado, no le quiero tampoco, no le puedo querer; pero no le odio.

Mi alma morirá virgen en mi seno... Estoy resignada á ello; pero todo lo que es bello, todo lo que hace pensar, todo lo que me habla de los Cielos prohibidos, todo lo que agita en estas llamas inútiles, lo aparto, lo odio, no quiero nada de él.

Así es mi modo: al pan, pan; y al vino, vino. Y después, se hubiera dicho que te gozabas en mortificar a papá. ¡Oh, no! me dolería mucho contrariarle; su cara burlona me gusta y lo quiero con locura. Conque, así no cambiemos las cosas, Blanca; el que nos ha hecho rabiar es él, atacando el matrimonio, y no puedes quejarte de mi, por que al fin y al cabo sabes lo que querías saber.