United States or Tonga ? Vote for the TOP Country of the Week !


En el fuego del amor, en el arrebato de los celos, y en premio de su fe y de sus servicios, pidió Marcilla a Segura la fineza de un beso, pero esta se lo negó como esposa fiel y como honrada: Marcilla una y otra vez importunó a Isabel y una otra vez negose ella.

Ella, no obstante, me amaba... ¿cómo ha podido dar este espantoso premio a mi ternura? Las almas más frías se hubieran confiado como la mía. El mismo Montbreuse ha dicho que no esperaba esto. Candor celeste de la virtud, ¿no eres más que una quimera?

Pero, volviendo al asunto, el mundo, señorita, es un valle de lágrimas. Váyase usted acostumbrando a esta idea. Afortunadamente hemos nacido y vivimos en el seno de la religión verdadera, y sabemos que hay un más allá, sabemos que en ese más allá, señorita, nos aguarda el premio de nuestros afanes; sabemos que hemos de volver a ver a los que hemos perdido...».

Así no quedará usted expuesto a contingencias nocivas para sus intereses. Hizo una pausa, me vió de arriba abajo, y agregó: Tendrá usted quince pesos mensuales. Me parece que para empezar es una cantidad... ¡muy decente!... Era una miseria, sin duda, pero, dadas mis circunstancias, aquella cantidad me pareció el premio gordo.

Al caballero pobre no le queda otro camino para mostrar que es caballero sino el de la virtud, siendo afable, bien criado, cortés y comedido, y oficioso; no soberbio, no arrogante, no murmurador, y, sobre todo, caritativo; que con dos maravedís que con ánimo alegre al pobre se mostrará tan liberal como el que a campana herida da limosna, y no habrá quien le vea adornado de las referidas virtudes que, aunque no le conozca, deje de juzgarle y tenerle por de buena casta, y el no serlo sería milagro; y siempre la alabanza fue premio de la virtud, y los virtuosos no pueden dejar de ser alabados.

-Todo eso se puede llevar y conllevar -dijo el del Bosque-, con la esperanza que tenemos del premio; porque si demasiadamente no es desgraciado el caballero andante a quien un escudero sirve, por lo menos, a pocos lances se verá premiado con un hermoso gobierno de cualque ínsula, o con un condado de buen parecer.

Lo que importa es alimentar el ideal del bien. Aquel que una vez se ha desviado y después entra en el buen camino, ¿no es más digno de premio que el que siempre siguió la vía recta? Hubo un tiempo en que yo pensaba que ésta fuera la injusticia de la fe cristiana y usted misma me ha hecho volver a mis creencias.

El enfermo le dijo que bajo la almohada guardaba cinco mil pesos en oro, que entonces tenía un premio de ciento veinticinco por ciento y que quería dejarlos para misas, pero que deseaba dejarle cincuenta mil pesos papel a su cuñada, que vivía en Flores, y era el único pariente que tenía. Cañete se ofreció para decir las misas.

Hecho esto, mandó que trajesen los niños para bautizarlos. No sabían apartarse de mi lado para aprender lo que les era necesario hacer para alcanzar en premio la eterna bienaventuranza

Un día le abordó, sonriéndole con expresión protectora: Vas a tener, Gabrielillo, antes de lo que piensas, el premio de tu buena conducta. ¿No te dije que buscaría algo para ti, a cambio de que me ayudases a enseñar el Tesoro? Pues ya lo tienes.