United States or Greenland ? Vote for the TOP Country of the Week !


Para mentira estaba demasiado bien hiladito. ¿Y ella te quiere todavía? preguntó con la picardía de un juez de instrucción. El esposo se hizo repetir la pregunta, sin otro objeto que retrasar la respuesta, que debía ser muy pensada. Pues te diré... que . Tiene esa debilidad. Otras mujeres, las de complexión viciosa, son en sus pasiones tan vehementes como inconstantes.

Al amanecer se le fijó un agudo dolor en el costado izquierdo que le obligó á llamar al médico. Á las diez de la mañana estaba declarada la pulmonía, y el médico de la villa le daba un fuerte lancetazo y le extraía buena porción de sangre. La condesa, á las doce del mismo día, asomó su carita graciosa y sonrosada por la puerta del cuarto y preguntó con interés: ¿Qué es eso, Pedro, qué te pasa?

¿Y de dónde has sacado preguntó la marquesa que yo aspiro a ser modelo de heroína de novela? ¡Tal dislate! Entonces dijo Stein , escribid una novela fantástica. De ningún modo dijo Rafael ; eso es bueno para vosotros, los alemanes; no para nosotros. Una novela fantástica española sería una afectación insoportable. Pues bien continuó Stein : una novela heroica o lúgubre.

La joven esperaba que el P. Gil sacara la conversación de su altercado con el P. Narciso, y de intento prolongaba indefinidamente el silencio. Viéndole taciturno y abstraído, se aventuró a decirle con voz temblorosa: ¿Está usted enfadado conmigo, padre? ¿Por qué? preguntó el clérigo con sorpresa, saliendo repentinamente de su meditación. Por la disputa que he tenido con D. Narciso. ¡Ah!

La he dado el dinero que usted me entregó, la he dicho que están pagados los quince dias de alquiler, la he exhortado á que se arrepienta, á que olvide ese amor funesto, y á que espere en la misericordia de Dios. ¿Y cómo está? la preguntó con impaciencia mi mujer. Quedó más tranquila, mucho más tranquila, y diciendo esto desapareció, dejándome las notas. No quise perder tiempo.

¿Hace Vd. el favor de decirme si es aquí donde está establecida la Limosna de la luz? preguntó y como le respondiesen afirmativamente, añadió: ¿Se ha marchado ya doña Manuela Resmilla, una señora que es vigilanta? ¿Qué deseaba Vd? Vengo a buscarla. Tenga Vd. la bondad de decirla que está aquí su hijo. ¡Ah! ¿es Vd. hermano del padre Tirso? Pase, pase Vd.

De vez en cuando levantaba con la mano los rizos que le caían por la frente. Después de una pausa bastante prolongada, fijó sus ojos con insistencia en Pedro, que se había sentado á su lado, y aun estuvo de este modo algún tiempo sin hablarle. Al cabo le preguntó: ¿Eras el que cantaba hace poco? ¿Dónde, en el prado?... , señora.

Preguntó el Corregidor que qué había hecho aquel mozo, que tan mal parado le llevaban. Respondió el alguacil que aquel mozo era un aguador que le llamaban el Asturiano, a quien los muchachos por las calles decían: "¡Daca la cola, Asturiano; daca la cola!", y luego en breves palabras contó la causa porque le pedían la tal cola, de que no riyeron poco todos.

Eso era dudoso, querida Herminia, mientras que ahora soy tu marido, me perteneces, tengo derechos sobre ti. Y si fueran puestos en duda.... Bien, ¿qué harías? preguntó la joven con encantadora sonrisa. Tomaría una resolución violenta.

Luciana preguntó: ¿De qué hablaban ustedes? Decíamos que el verde será el color de moda de este invierno... Si lo duda usted, mire a la de Jansien. Luciana se echó a reír. Es verdad; parece una pradera. Y Kisseler que se había acercado, añadió: No le falta nada; ni la campanilla al cuello. Le falta el pastor replicó Luciana.