United States or Northern Mariana Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !
Los pocos años disculpan ciertas demencias, cuando de ellas se saca el honor puro y el corazón sano. ¿Para qué me obligas a repetir lo que quiero olvidar, si sólo con recordarlo paréceme que no merezco este bien que hoy poseo, tú, niña mía?
Muchos de los prisioneros de los Gelves murieron en el cautiverio ó lo soportaron largos años: algunos de los significados debieron la libertad á la favorable ocasión de las treguas ajustadas por el Emperador Fernando con Solimán el año 1562, pues gracias á la gestión del Rey Felipe II se asentó entre las cláusulas del tratado el canje ó entrega de los principales, sin que alcanzara, sin embargo, el beneficio á Sande por el juramento que decían el gran Señor tenía hecho al Profeta, y cosa es digna de referir cómo unos pocos consiguieron librarse por sí mismos.
El director de La Monarquía era un mocetón robusto, de treinta y cuatro a treinta y seis años de edad, cuya figura formaba triste contraste en aquella ocasión con la delicada y exigua de Rivera. Sin embargo, a los pocos momentos comprendió éste que no se las había con un tirador consumado.
Treinta y dos individuos de su familia estaban bajo tierra. Muy pocos de ellos eran militares; llevaban una existencia de placeres antes de la guerra, disfrutaban de grandes riquezas y títulos: su vida resultaba tan dulce como la del príncipe Lubimoff... ¡pero al verse llamados por el deber!...
Si en Madrid se supiesen ciertos pormenores, si en rápida visión pudiesen ofrecerse a los ojos de la sociedad elegante algunas escenas por las que aquella altiva y encopetada dama pasó, pocos envidiarían su existencia. ¡Qué torturas, qué refinamientos de crueldad! A los cuatro o cinco años ya estaba obligada a ser la vigilante guardadora de otros dos hermanitos.
Desesperado Montaner de alcanzar su libertad, dióle parte del dinero que trahia, y le ofreció que en nombre del ejército se enviarian Embajadores al Rey de Aragon, y al de Sicilia, para que se satisfaciese agravio tan notable, como prender debajo de seguro un Capitan de Rey amigo. Los pocos que quedaron en Galípoli dan barreno á todos los navios de su armada.
A los pocos días, Esteven y su familia se mudaban; Casilda vió a su hermana guardar alhajas que habían pertenecido a su madre, cubiertos de plata y muchos objetos de uso de la familia y llevarse muebles, suficientes para llenar tres carros hasta el tope, pero no chistó.
Si a veces sabían decirle que la iba a enfermar con tanto estudio porque la pobrecita se pasaba los días con los libros... y «meta» piano de sol a sol. Es un caso curioso, como pocos; porque don Casiano no es un hombre ilustrado, ¿no? ¿Qué se habrá propuesto con la Pampita?
Hallamos pocos transeuntes en nuestro tortuoso camino, y cuando llegamos a las murallas se oía todavía el tañido de las campanas que daban la bienvenida al Rey. Eran las seis y media y no había obscurecido aún. Mano al revólver me dijo Sarto al acercarnos a una puerta. Si el guarda se da por entendido hay que cerrarle la boca para siempre. Empuñé mi arma.
Y esto fue porque, de allí a pocos días, se dijo en el lugar como en una ciudad allí cerca se había casado don Fernando con una doncella hermosísima en todo estremo, y de muy principales padres, aunque no tan rica que, por la dote, pudiera aspirar a tan noble casamiento. Díjose que se llamaba Luscinda, con otras cosas que en sus desposorios sucedieron dignas de admiración.»
Palabra del Dia
Otros Mirando