United States or Brazil ? Vote for the TOP Country of the Week !


El infeliz no ha podido hacer otra cosa que enseñarme a leer y a escribir y procurar encaminarme a la virtud. Es muy pobre, pero... ¡es un sabio! Lo poco que se lo debo, y, sobre todo, él me ha hecho conocer que la mayor riqueza es la honra; la mayor felicidad tener la conciencia tranquila; el mayor mérito a los ojos de Dios, sufrir resignadamente la pobreza.

Si recordamos también que esta tragedia es siempre una de las mejores del teatro francés, nos admiraremos de que tanta pobreza haya subyugado más tarde á los españoles, para despreciar las riquísimas flores de sus dramas nacionales. Será curioso, sin duda, examinar más profundamente los defectos de la tragedia de Corneille.

Esta gozaban los expedicionarios de a pie, en su mayor parte familias felices, que ostentaban satisfechas la librea de la áurea mediocridad, y aun de la sencilla pobreza: el padre, obeso, cano, rubicundo, redingote gris o marrón, al hombro larguísima caña de pescar; la hija, vestido de lana obscura, sombrerillo de negra paja con una sola flor, en la izquierda el cestito de los anzuelos y demás enseres piscatorios, y llevando de la diestra al hermanito, a quien pantalones y chaqueta quedaron ya muy cortos, y que luce la caña de las botinas, y levanta orgulloso el cubo donde flotan los simples peces víctimas del mortífero pasatiempo de su padre.

Requirió su bolsa Cervantes, y hallose con que sólo tenía en ella tres reales sencillos y cinco cuartos con tres maravedises segovianos, que la pobreza era en él cosa continua, y las pagas del ejército no andaban tan prestas como hubiera sido menester.

Por malos que fuesen dijo con lentitud , no serían peores que los presentes. Al menos, nadie robaba a la Iglesia. Cada uno se contentaba con su pobreza, pensando en el cielo, que es la única verdad, y el culto de Dios tenía lo que le corresponde. ¿Es que , acaso, no crees en Dios...? Gabriel eludió la respuesta, y siguió hablando de aquellos tiempos.

Es tan grande la pobreza de este país, que el gobierno español de Buenos Aires estuvo obligado á enviar navíos cada tres ó cuatro meses, para mantener la gente y guarnicion, sin que pudiese esperar retorno alguno; y aunque enviaron puercos, vacas, y caballos á estas islas, su clima es tan frio, humedo y estéril que jamas criaban. De manera que estos gastos durarán mientras dure la colonia.

«Nada; me lo puedes creer». «¿Ese alma de Dios te da todo lo que necesitas?». «Todo; me lo puedes creer». «Quiero regalarte un vestido». «No me lo pondré». «Y un sombrero». «Lo convertiré en espuerta». «¿Has hecho voto de pobreza?». «Yo no he hecho voto de nada. Te quiero porque te quiero, y no más».

Muerto mi abuelo, toda su fortuna había de pasar por entero a su hijo mayor, según las costumbres de la época; pero las leyes nuevas habían suprimido los mayorazgos, así como también los votos de pobreza, de manera que las hermanas de mi padre que los habían hecho, quedaban de ellos relevadas, y por esta circunstancia debían proceder al reparto de bienes.

En primer lugar, mi querido marqués, me digo yo á menudo que en medio de tantos modregos y antiguos criados, que arrastran hoy carroza, hay en la pobreza un perfume superior de distinción y de buen gusto.

LA CONDESA. ¡Quia! ¡No...! Es una mujer de la mejor sociedad. Es la viuda del célebre barón ruso Maschine, que fué muerto en Petrogrado cuando la primera revolución. El barón, que había sido locamente rico, habíase arruinado, en parte, por satisfacer los gustos dispensiosos de su esposa; cuando murió, mi amiga Maschine descubrió súbitamente su pobreza. Como era muy linda...