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Muy pocas cosas puedo decir acerca de la prostitucion de esta ciudad extraordinaria. Los lectores saben que la prostitucion se considera aquí como una industria, industria que tiene su matrícula, que está bajo la vigilancia del gobierno, pagando en trueque una contribucion. La policía da á las mujeres públicas dos horas de reclamo; desde las nueve hasta las once de la noche.

14 y subió Manahem hijo de Gadi, de Tirsa, y vino a Samaria, e hirió a Salum hijo de Jabes en Samaria, y lo mató, y reinó en su lugar. 15 Lo demás de los hechos de Salum, y su conjuración con que conspiró, he aquí todo está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 17 En el año treinta y nueve de Azarías rey de Judá, reinó Manahem hijo de Gadi sobre Israel diez años, en Samaria.

Eran ya cerca de las nueve cuando la señora Gibbons, la anciana ama de llaves, nos recibió, con los ojos llenos de lágrimas por la muerte de su señor, y entramos en el gran hall revestido con entrepaños de roble, en el cual se veían la espada y el retrato del valeroso caballero, capitán Enrique Baddesley, de quien todavía se recordaba allí una romántica historia.

Las nueve serían de la mañana, y el cielo estaba alegre, como si le pareciese bien lo que sucedía en la tierra. Era el día del año señalado para llevar flores a las tumbas de los soldados muertos en defensa de la independencia de la patria. Entre compañía y compañía, iban carros enormes en la procesión, tirados por caballos blancos, y henchidos de tiestos de flores.

40 y Cabón, y Lahmam, y Quitlis, 41 y Gederot, Bet-dagón, y Naama, y Maceda; dieciséis ciudades con sus aldeas. 42 Libna, y Eter, y Asán, 43 y Jifta, y Asena, y Nezib, 44 y Keila, y Aczib, y Maresa; nueve ciudades con sus aldeas. 45 Ecrón con sus villas y sus aldeas. 46 Desde Ecrón hasta el mar, todas las que están a la costa de Asdod con sus aldeas.

De ocho a diez estaba el café completamente lleno, y los alientos, el vapor y el humo hacían un potaje atmosférico que indigestaba los pulmones. A las nueve, cuando aparecían La Correspondencia y los demás periódicos de la noche, aumentaba el bullicio.

Pasaron dos años, y al cabo de ellos, cuando yo estaba completamente transformada, cuando acababa de cumplir los diez y nueve años, doña María adoleció de su última enfermedad.

Entróse, pues, una mañana en casa del respetable Butrón, nervioso y descompuesto, y con las falanges de su dedo índice ya desplegadas y la frase sacramental ¡lo dije! , colgando de los labios, traspasó el misterioso biombo de nueve hojas que servía de reducto con el despacho a los secretos del diplomático.

15 a Holón con sus ejidos, y a Debir con sus ejidos, 16 a Aín con sus ejidos, a Juta con sus ejidos, y a Bet-semes con sus ejidos; nueve villas de estas dos tribus. 17 Y de la tribu de Benjamín, a Gabaón con sus ejidos, a Geba con sus ejidos, 18 a Anatot con sus ejidos, a Almón con sus ejidos: cuatro villas.

¡Hurra! ¡Muerte a los ingleses! gritaron los diez y nueve piratas que quedaban en estado de combatir, ennegrecidos por la pólvora y por el humo, y desnudos hasta la cintura para maniobrar con más facilidad. Y una especie de alegría feroz y delirante los exaltó.