United States or El Salvador ? Vote for the TOP Country of the Week !


Su lástima había sido aún más intensa al enterarse de su infortunio. Un obús había estallado junto á él, matando á los que le rodeaban. De sus varias heridas, la única grave era la del rostro. Había perdido un ojo por completo; el otro lo mantenían los médicos sin visión, esperando salvarlo. Pero ella dudaba; era casi seguro que Laurier quedaría ciego.

Es preciso que te acostumbres a creer que hay además de ti, otros hombres en el mundo, y que las muchachas tienen ojos para ver y oídos para escuchar. Con estas palabras que encerraban profunda verdad, la condesa me estaba matando. Parecíame que mi alma era una hermosa tela, y que ella con sus finas tijeras me la estaba cortando en pedacitos para arrojarla al viento. Pues .

Murió: murió entre mis brazos loca, desgarrándome el alma al morir, porque yo la amaba, la amaba con toda mi alma y continúo amándola en su hija. Ahora bien; ¿créeis que yo pequé? ¿qué cometí un delito matando al infame asesino de Margarita? ¡No! ¡no! dijeron al mismo tiempo el rey y el padre Aliaga. Yo te indulto de esa muerte, Manuel dijo el rey ; yo Felipe de Austria, rey de las Españas.

Desde la corrida de Pascua de Resurrección en Sevilla la primera importante del año taurino que andaba Gallardo de plaza en plaza matando toros. Después, al llegar Agosto y Septiembre, tendría que pasar las noches en el tren y las tardes en los redondeles, sin tiempo para descansar.

Al verle en la cama se aproximaba a él con el vaso de leche humeante, se lo hacía beber con mimos maternales, le arreglaba el embozo del lecho y cerraba cuidadosamente ventanas y puertas para que no le molestase un rayo de luz. ¡Esas noches en la catedral! exclamaba la compañera con expresión de lamento . Te estás matando, Gabriel: eso no es para ti. El padre dice lo mismo.

El dicho capitán D. Joan de Castilla, con los otros que le vinieron á socorrer, recibieron la carga de los enemigos, y escaramuzando valientemente, como se hacía por todos cabos alrededor del fuerte, se retiraron más debajo del artillería, y allí se entretuvieron hasta la noche, matando muchos turcos, y vinieron á las manos á pica y espada con ellos.

¡Pero por Dios bendito! exclamé ¡No se da cuenta de que me está matando con estas cosas! ¡Estoy harto de sufrir y echarme en cara mi infelicidad! ¿Qué ganamos, qué gana Vd. con estas cosas? ¡No, basta ya! ¿Sabe Vd. agregué adelantándome lo que Vd. me dijo aquella última noche de su enfermedad? ¿Quiere que se lo diga? ¿Quiere? Quedó inmóvil, toda ojos. Si, dígame... ¡Bueno!

Otras por caridad la siguieron empleando, aunque con menos frecuencia. Comenzó a pasar hambre y su hijo también. Un día fue despedida también de la única casa en que ya asistía. Basilisa le dijo la señora Usted no puede ya traer agua y fregar suelos. Se está usted matando y no consigue cumplir como es debido.

Para hacer una justicia, cuando ni el rey ni el duque de Lerma piensan hacerla. ¿Y cómo he podido yo estorbar?... Desde esta mañana hasta que vinísteis á palacio, no os habéis descosido del ajusticiado. ¡Ah! ¿se trata?... Del señor Juan Montiño; y en matarle, no sólo se venga á don Rodrigo Calderón, sino también á vos. Explicadme cómo se me venga matando á ese caballero.

No podía ya morir peleando y matando, pero podía y debía morir en seguida antes de caer en infamante cautiverio. Abdul ben Hixen ya pidió con ruegos, ya ordenó con furia que le matasen a los cuatro soldados fieles que estaban cerca de él, al médico impasible y al jefe de los eunucos que le miraba lleno de asombro y temblaba como un azogado.