United States or Morocco ? Vote for the TOP Country of the Week !


Su estatura no pasaba de mediana, y á pesar de la modestia, poca elegancia, y ninguna presunción con que vestía, era indudable que un mundano topógrafo, llamado á medir las formas de aquella santa, no se hubiera encontrado con tanta falta de datos como en presencia de su ilustre prima la acartonada Marta Salomé. Conocida esta trinidad ilustre, conviene recordar algunos antecedentes históricos.

Cuando Marta entró en la sala, vaciló un instante, pero luego, armándose de valor, golpeó suavemente a la puerta de la pieza. Entrad respondió una voz en tono seco. La señora de Bruinsteen estaba sentada en un sillón. Sus ojos inflamados parecían lanzar relámpagos; tenía, sin embargo, una sonrisa en los labios, una expresión de alegría sarcástica y triunfante.

En aquel momento entraba Marta en el gabinete. Al pasar por delante de Ricardo, éste la cogió de una mano y la obligó a sentarse sobre sus rodillas, haciéndole una muda caricia con los ojos, sin dejar de atender a la conversación. La niña se sentó sin resistencia y escuchó también en silencio. ¿Pero de veras dice eso? preguntó don Máximo.

Las flores todas, artísticamente combinadas, aparecían sueltas, ostentando cada cual su propia forma perfectamente unidas al todo. Marta levantó el ramo en alto, diciendo con orgullo infantil: ¿No está bien?..., ¿no está bien?

Marta se fue a llorar a su cuarto para no entristecer a su padre. Este hizo lo mismo para no asustar a sus hijas. María aguardaba a la puerta la señal de haberse terminado el piadoso acto.

Dejó el artista otras obras en la basílica, y en santa Marta y san Hermenegildo cita González de León algunas esculturas de su mano. En Mayo de 1725, Duque Cornejo firmó escritura para ejecutar algunas estatuas en la Cartuja del Paular, á donde se trasladó luego, siendo muy elogiadas las obras que allí dejó.

No me ha ocurrido un solo instante dudar de tu bondad ni de la de Marta. Sin embargo, para tranquilizar a Lacante, envíame en seguida una aceptación formal. Elena al Padre Javalieux. 24 de diciembre.

Tienes que pasar tu brazo en torno de su cuerpo me gritaba una voz interior, de lo contrario no descansará bien. Dos veces, tres veces, traté de hacerlo, pero retrocedía de espanto. ¡Si Marta fuera a despertarse bruscamente! Pero no, sus ojos nada veían, sus oídos nada oían. Y me decidí... Entonces se apoderó de una alegría desatinada.

Mientras me hallaba ocupada en atenderla, durante una de esas crisis, vi de pronto junto a a la madre de Roberto. Al observar su mirada envenenada, al verla retorcerse las manos con afectación y bajar las extremidades de sus labios para simular un dolor hipócrita, me viene de repente este pensamiento: «He aquí una que espera la muerte de Marta, que la desea

Noche y día pienso en vos, y vuestra imagen no me deja sosiego; mi más hermoso sueño consiste en haceros la compañera de mi vida, para jamás apartarme de vos, buena y querida Marta. Al pronunciar estas palabras apasionadas, Mathys tomó la mano de la viuda.