United States or Belarus ? Vote for the TOP Country of the Week !


Nos quitan las islas; no pintamos nada entre los demás pueblos; los españoles, que son los hombres más valientes del mundo, se ven derrotados; no hay una peseta, y todos esos señores que charlan en Madrid votan nuevas contribuciones y siempre estamos entrampados. ¿Cuándo se vio esto en otros tiempos? ¿Cuándo...? Se vieron cosas peores, más vergonzosas dijo Luna. estás loco, muchacho.

Los vientos que corren en estos mares, en el verano y estio, son nortes, nord-oestes, oestes y sud-oestes. Los estes y sud-estes, que serian los mas nocivos, no reinan en este tiempo. De los sobredichos, los sud-oestes levantan mucha mar, y son casi ciertos en las conjunciones, oposiciones y cuartos de luna.

19 Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; 20 El sol se volverá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto; 21 y acontecerá que todo aquel que invocare el Nombre del Señor, será salvo.

Salí al campo cantando una mañana, y vi sobre su alfombra una siembra de gotas cristalinas, de polícromas gotas. ¿Quién había llorado aquella noche? ¿Fueron, quizá, las sombras? ¿Fueron, quizá, los astros? ¿Fuera, quizá, la luna soñadora...? No , no quién fuera, pero lágrimas eran tales gotas; lágrimas transparentes y de luces radiantes como auroras...! Dicen que tienen alma las estrellas; mas, ¿por qué lloran?

Con una cruz de piedra, un par de jinetes rebujados en sendas capas, un camarín bien amueblado, una dama de rara belleza, un castillo con ventanas ojivales y una noche de luna llena, tenía lo bastante nuestro mancebo para armar un belén de seis mil diablos muy interesante, capaz de poner la carne de gallina a cualquiera.

El campo se estremecía voluptuosamente bajo la luz de la luna; y ellos, jóvenes, sintiendo el revoloteo del amor en torno de sus cabellos estremecidos hasta la raíz, ¿qué hacían allí, ciegos ante la hermosura de la noche, sordos al infinito beso que resonaba en torno de sus cabezas? ¡Leonora! ¡Leonora! gemía Rafael.

Cayó en la habitación el manto de la noche sin estrellas ni luna, y el listón desprendido de la cornisa golpeó en el cristal con lento soniquete.... En el palacio de Luzmela anidaban el dolor y la zozobra, en ayuntamiento infeliz.

La adversa fortuna de Don Bernardo de Cabrera. Las mocedades de Bernardo del Carpio. Púsoseme el Sol, salióme la Luna. El cerco del peñón de Luis Belez de Guevara. El cautivo venturoso, de Francisco de Barrientos. Un gusto trae mil disgustos, de Montalván. El hombre de mayor fama, de Mira de Mescua.

Comenzaba a amanecer cuando Gabriel Luna llegó ante la catedral. En las estrechas calles toledanas todavía era de noche.

Siguió adelante Rafael por las calles del arrabal, solitarias, silenciosas, resonantes bajo sus pasos con una hilera de casas blancas y brillantes bajo la luna, y la otra sumida en la sombra. Se sentía subyugado por el misterioso silencio del campo.