United States or Curaçao ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡Yo... me... duermo! agregó Lorenzo. Pues aprovechen... ¡nada!... Recostarse y dormir, que quien duerme come. ¿Y ? Yo no tengo sueño... voy a leer los diarios. Lorenzo y Ricardo se dispusieron a dormir un rato, acomodándose lo mejor posible en los asientos, no muy amplios, mientras Melchor sacaba los diarios que había puesto en la percha y se ubicaba en un asiento inmediato.

Me ha dejado aturdido el grito del guarda dijo Lorenzo, por romper el silencio que siguió a la discusión que provocó Ricardo. ¡Realmente! ¡Qué pulmones! repuso Melchor, agregando: ¡Cómo se conoce que ese hombre vive viajando! ¿Y quién te dice que no vive en Buenos Aires? replicó Ricardo. ¡Sus pulmones, el timbre de su voz y el color de su cara!

Ché, Lorenzo: ¿qué te parece la imaginación de Melchor?... ¡Imaginación!... En los archivos de esta empresa están los antecedentes de estos dos casos y de muchos análogos. Si dudas, anda a preguntar. ¡No me da tan fuerte! Te lo aconsejo, porque dudas; no porque me importe que no creas, desde que es verdad. ¡Es cuando fastidia más no ser creído! ¡Estás equivocadísimo!

¡Que te parecería corto! le interrumpió Melchor, agregando: Bueno, levántense... ya les van a traer desayuno y como en ese momento apareciera un sirviente llevándolo, le dijo: Entre, ché, póngalo aquí... en esta mesa y volviéndose a Lorenzo y Ricardo: les voy a servir yo... ¿cuántos terrones?... ¿Y por qué no nos dan mate?

El piloto Lorenzo Fréitas y el mismo Morsamor, que en el retiro de su convento había estudiado y aprendido no poco de la náutica y de la cosmografía, conocidas entonces, no habían dejado de hacer sus observaciones y sus cálculos y sabían que habían pasado la línea equinoccial, y que iban navegando con viento favorable y con rumbo al sureste.

Enderezó, pues, su marcha nuestro ejército hacia donde estaban acampados los enemigos, y al entrar la noche llegaron cerca de donde estaban y determinaron aguardar á la mañana del día siguiente, que era el del glorioso mártir español San Lorenzo, principal abogado y patrón de aquella provincia, para presentarles la batalla.

-No hay regla sin excepción -respondió don Lorenzo-, y alguno habrá que lo sea y no lo piense. -Pocos -respondió don Quijote-; pero dígame vuesa merced: ¿qué versos son los que agora trae entre manos, que me ha dicho el señor su padre que le traen algo inquieto y pensativo?

No ha de haber necesidad de nada, Rufino, porque esta fiesta no ha de repetirse. Más vale así, niño; ¡mire que seria una lástima!... ¿Y usted tiene todo listo para regresar mañana, Rufino? le preguntó Lorenzo para cortar la conversación. , niño, todo, sólo me faltan unas cartas que me dijo don Melchor que me iba a dar.

¡Es diferente, don Ricardo!... una cosa es ir a un encargue y otra es ir... pongo por caso, a visitar la «Pampita». Realmente, valdría la pena dijo Lorenzo, conque yo que nunca me he fijado en muchacha alguna he quedado fuertemente impresionado con ésta. ¡Ya ves!

¿Qué, ya no toca más, don Ricardo? le preguntó Baldomero, al mismo tiempo en que Melchor le decía: ¡Macanas de éste! señalando a Lorenzo.