United States or Vanuatu ? Vote for the TOP Country of the Week !


Continué toda aquella noche con mis compañeros escribiendo más y más órdenes y circulares para el mismo fin; pues sin explicar cómo ni de qué manera, aglomerábanse despachos de todas partes, pidiendo noticia de mi llegada, á la vez que consignas para levantarse contra los españoles.

Seguía a la muchacha por todas partes, aunque sin asediarla con importunas manifestaciones. Recogía las más exquisitas y bellas flores de la montaña, y venía a colocarlas todas las mañanas en la puerta de la casa de Carmen, quien se encontraba al levantarse con estos hermosos ramilletes, adivinando por supuesto qué mano los había colocado allí. Pero todo era en vano: Carmen permanecía esquiva y aun aparentaba no comprender que ella era el objeto de la pasión del joven.

Se bebía una taza de caldo y en seguida se disponía a escribir, sin levantarse de la cama, sostenido por varias almohadas. Tenía a su alcance muchos lapiceros, y trabajaba hasta las nueve de la noche, hora en que se levantaba para ir a pasar el resto de la noche en alguna taberna de Montmartre.

Salió de Santander al rayar el alba: el cielo diáfano, como pocas veces suele verse en aquella costa; la mar azul y rizada. Corría un viento fresco y ligero, que ensanchaba el pecho y abofeteaba las mejillas. Subió al puente con el capitán, que se reía de verle tambalearse y cogerse fuertemente a la barandilla, y desde allí contempló el espectáculo sublime de levantarse el sol en el mar.

El sargento primero, al pasar lista a su compañía, repite las mismas palabras; el niño al levantarse de la cama saluda al día con la frase sacramental.

Muchas veces, en mi camarote, navegando por el Atlántico o por el mar de las Indias, al pensar en Lúzaro sentía el recuerdo intenso de un monte, de una peña, de un hayal. Veía con la imaginación levantarse Lúzaro sobre el mar, con el río que penetra por su flanco, y veía los montes a un lado y a otro llenos de maizales y de robles.

Los comensales escuchaban embelesados aquella ingeniosa defensa de la pereza y se creían en el caso de reir y decirse unos a otros por lo bajo: ¡Este Fuentes! ¡oh! ¡este Fuentes tiene la gracia de Dios! Y alguno, por el placer de oirle nada más, le llevaba la contraria. Pero hombre, ¿habrá nada más agradable que levantarse por la mañana a respirar el aire puro y bañarse con la luz del sol?

Cuando trató de levantarse parecíale que la cabeza se le abría en dos o tres cascos, como se había abierto la hucha a los golpes de la mano del almirez. Sintió entrar a su tía. Doña Lupe conocía tan bien la enfermedad, que no tenía más que verle para comprender el periodo de ella en que estaba. «¿Tienes ya el clavo? le preguntó en voz muy baja . Te pondré láudano».

También ha visto americanos por todas partes. ¿Cuántos son?... ¿Qué fuerza sobrehumana ha podido crear en unos meses ese ejército que, todavía recién nacido, parece llenarlo todo?... Un pueblo acaba de levantarse sobre los pueblos de la tierra. Jamás se conoció en la Historia una ascensión semejante.

El rostro de Elena en aquel instante parecía turbado y pálido, y sus ojos miraban con espanto a todos lados. Esta fue la impresión que les produjo. Reynoso quiso levantarse de la silla al verla, pero cayó de golpe otra vez en ella y metió la cabeza entre las manos.